«Espero que al final de este año se haga la adquisición de los terrenos y que al final del primer semestre del 2023 comenzaremos a ver las máquinas trabajando para implantar este proyecto que es bueno para Salou, para la Costa Daurada y para Catalunya». Así de contundente se expresaba el alcalde de Salou, Pere Granados, en declaraciones al Diari sobre el futuro del macroproyecto de Hard Rock.
Seis meses después de la aprobación inicial de la modificación del Pla Director Urbanístic (PDU) que debe ordenar todo este ámbito del CRT, poco ha trascendido de la tramitación del documento más allá de las diferencias por el reparto fiscal entre los ayuntamientos de Salou y Vila-seca. Unas divergencias que continúan muy vivas, pero que ambos alcaldes confían en resolver para que no se conviertan en un lastre para el proyecto. Desde ambos consistorios, además, recalcan el interés que el inversor, Hard Rock, continúa mostrando por implantarse en el territorio justo cuando se cumplen cinco años desde que obtuvo la adjudicación para levantar su Complejo Turístico Integrado (CTI), que incluye hotel, casino y zonas comerciales y de ocio.
Mientras, desde la Generalitat prefieren no pronunciarse acerca de los plazos con los que trabajan y se limitan a decir que «esperemos que se pueda hacer la aprobación definitiva en la Comissió d’Urbanisme lo antes posible».
Granados defiende que la aprobación inicial del PDU tiró adelante «gracias a las acciones que se hicieron desde Salou, después de ver las pocas ganas que había de tirar adelante el proyecto». Sobre las reivindicaciones tributarias que ha hecho Vila-seca, el alcalde de Salou considera que «hay un acuerdo que se tomó en el año 2012 y que tiene una vigencia de 20 años. Lo que tienen que hacer la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Vila-seca es cumplir los acuerdos. Ellos no quieren llegar a un acuerdo, lo que quieren es modificar un acuerdo vigente y eso Salou no lo hará». Aun así, cree que «eso no será un handicap para tirar adelante el proyecto» y considera que las alegaciones de Vila-seca en materia tributaria no prosperarán.
En este sentido, el alcalde salouense manifiesta que «no creo que, por querer incumplir un acuerdo plenamente vigente, ni la Generalitat ni el otro ayuntamiento votarían en contra de la aprovación definitiva de este plan director, que es la herramienta necesaria y esencial para que comiencen las obras. Yo estoy convencido de que al final de toda esta historia impera el sentido común y la razón».
Por su parte, el alcalde de Vila-seca, Pere Segura, advierte de que «todavía hay cuestiones importantes que se tienen que resolver», en relación al reparto de impuestos que regirá el macrocomplejo. «Nosotros siempre hemos estado a favor de este proyecto siempre y cuando haya una distribución equitativa por parte de los beneficios y de las cargas», manifiesta.
En este sentido, Segura defiende las reivindicaciones fiscales de Vila-seca e insiste en que «el proyecto genera afectaciones en nuestro término municipal prácticamente del 70% del proyecto». Aún así, el edil dice ser optimista sobre el futuro de la inversión y cree que «entre todos pondremos lo mejor de nosotros para que esto sea una realidad que transforme el destino y el territorio». En este sentido, afirma, «no se entendería que esto se deje correr por una falta de acuerdo entre los municipios».
La nueva propuesta de PDU
La nueva modificación del Pla Director Urbanístic (PDU) se empezó a redactar a finales de 2020, se aprobó de forma inicial el pasado mes de febrero y estuvo en exposición pública hasta abril. En ese tiempo se presentaron una docena de alegaciones por parte de los ayuntamientos, partidos políticos, la plataforma Aturem BCN World, así como otras entidades y particulares. La ley no establece un plazo concreto para resolver estas alegaciones, aunque el objetivo sería aprobar el plan de forma definitiva antes de que acabe el año para dar luz verde a la adquisición de los terrenos y el inicio de las obras por parte de Hard Rock.
El mes que viene se cumplirán diez años desde el anuncio de la llegada de esta inversión multimillonaria —en su día BCN World— a los terrenos del CRT de Vila-seca y Salou.