El Centro de Apoyo para Personas con Autismo (TEA), que gestiona la asociación Todos En Azul, ofrece este curso 2024-2025 nuevos talleres y actividades en Salou y Tarragona. Una de las novedades de la temporada son los talleres de terapia asistida con perros para niños y niñas con autismo que se hacen cada mes al Jardí Botànic de Salou. Las sesiones para grupos reducidos de niños consisten en actividades de ocio y aprendizaje asistidas con perros. La próxima sesión tendrá lugar el próximo viernes 8 de noviembre.
El pasado viernes 18 de octubre se estrenaron los talleres de terapia canina, unas intervenciones asistidas con perros conducidas por la terapeuta Marina Getino, del centro Ralma Terapias de Vilanova d’Escornalbou.
Las sesiones, de 45 minutos de duración, se basan en actividades de ocio y aprendizaje asistidas con perros y adaptadas al perfil de cada niño o niña participando.
Getino destacó que «estas actividades con perros nos sirven para trabajar objetivos terapéuticos para abordar diferentes áreas de su desarrollo (motriz, sensorial, afectivo relacional, emocional o cognitivo), en función de cómo sea cada niño», y añadió que «cuando conocemos el perfil de los niños podemos adaptar mejor las actividades».
A pesar que las sesiones son grupales, al mismo tiempo se hace un acompañamiento individualizado de cada participante.
La primera sesión canina resultó un éxito tanto de participación como de los resultados conseguidos.
Marina explicó también que se hicieron intervenciones para trabajar el aspecto motriz y de contacto con el animal como cepillar la perra, tocarla o acariciarla. Durante la sesión también se ayudó a un niño a perder el miedo con el animal.
En relación a las actividades de educación canina, -con pictogramas, tarjetas, dados, juegos- se adaptaron según los diferentes grados de Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Entre otros, los niños también trabajaron las habilidades caninas del perro: «Los niños le pedían a la perra sentar, dar la pata, ir a buscar la pelota o pasar por debajo de las piernas...», señaló la terapeuta.
Otros de los aspectos que se trabajó fue la cooperación en grupo, con una anilla por donde tenía que pasar el perro y que necesitaba la colaboración de más de un niño.
Una de las partes más divertidas de la sesión llegó cuando la educadora mostró la maleta que contiene objetos para perros (correas, pelotas o huesos).
Marina Getino anunció que en próximas sesiones se trabajarán otros aspectos como por ejemplo llevar a pasear el perro con la correa.
Rumba y Samba, protagonistas
El taller se hizo con dos perras de mezcla de razas, la Rumba y la Samba.
Marina aseguró que las dos se complementan muy bien. «Mientras que Rumba es una perra muy tranquila y sensible, mientras que la Samba es muy dinámica y cariñosa, que no se estresa tanto y que le gusta mucho el contacto. Tan en un caso como en el otro, la terapeuta vela y pone límites para que las perras aguanten bien la presión de los niños. Por todo ello, las sesiones no pueden superar los 45 minutos de duración.