Está considerado como uno de los mayores depredadores que existieron con hasta casi 18 metros de longitud. El megalodón fue una especie de tiburón que vivió hace entre 19,8 y 2,6 millones de años.
El cine ha llevado al megalodón a imaginación popular. Pero los científicos mantienen una profunda investigación de ese gran tiburón del que quedan fósiles.
Esos restos muestran que este tiburón gigante (un tiburón blanco mide tres veces menos) tuvo una gran distribución por el planeta, pero centraba sus zonas de cría en zonas costeras cálidas.
El enfriamiento oceánico unido a la competencia de otros predadores y la disminución de los niveles del mar, con la consiguiente pérdida de áreas de cría pudo llevar a su extinción.
Bellvei
Ahora un estudio del Instituto Cavanilles de la Universitat de València ha encontrado lo que sería una nueva zona de cría de megalodón. Estaría en el Baix Penedès, principalmente entre las ahora Bellvei, Castellet y L’Arboç.
Palentólogos del Instituto Cavanilles concluyen que por los fósiles hallados en las canteras de la zona durante años por Joan Ribé, impulsor del museo del tiburón de L’Arboç, ese área sería de cría y crecimiento de individuos juveniles del tiburón gigante prehistórico durante el Mioceno. El megalodón se conoce por los dientes fosilizados que eran más grandes que una mano humana.
La investigación se ha publicado en la revista Biology Letters. Señala que esa área donde se encontraron dientes de megalodón joven y que están en el museo de L’Arboç «habría sido una bahía de aguas cálidas que los individuos de megalodón habrían hecho servir como zona de cría y crecimiento para sus individuos juveniles, en un ambiente protegido y rico en recursos alimentarios».
Hasta ahora las zonas de cría de megalodón se ubicaban en las cuencas Pacífica, Atlántica y del Caribe, pero sólo un posible espacio de cría de esta especie había sido adecuadamente descrito en Panamá.
El estudio del Instituto Cavanilles de la Universitat de València considera que en esa zona ahora de canteras en el corazón del Baix Penedès habría otros tiburones como los Hemipristis serra o Carcharodon hastalis y más mamíferos marinos que formarían parte de la dieta del megalodón.
Joan Ribé explica que muchos de los fósiles de dientes de tiburón gigante los encontró hace años en las canteras de la zona. Esos hallazgos impulsaron al vecino de L’Arboç a crear el museo sobre los escuálos en la localidad.
El estudio de las áreas de cría de la especie debe aportar información de las estrategias reproductivas y las causas de su extinción.
El museo del tiburón de L’Arboç va a centrarse en la investigación para especialistas y universidades. En este sentido ya se han tomado muestras para el diseño de trajes de buceo e incluso para estudiar qué especie puede haber sido la causante de un ataque.