La reserva marina de Masia Blanca en aguas de Coma-ruga sigue siendo objeto de deseo de furtivos que intentan capturas y de embarcaciones que fondean, lo que también está prohibido para proteger ese ecosistema marino.
Para vigilar la reserva, Vigilancia Mediambiental L’Escurçó, encargada de custodiar esa zona rocosa sumergida, ha incorporado drones para una observación aérea y añadirá otros náuticos que navegarán por el ecosistema.
El pasado año L’Escurçó interpuso una treinta de denuncias principalmente por fondeo en la zona prohibida, además de detectar a algunos furtivos.
Esa práctica del fondeo tiene el riesgo de dañar con las anclas el ecosistema sumergido donde hay praderas de posidonia y una posible contaminación de Caulerpa cylindracea adherida a cascos y áncoras. Es un alga invasora de origen australiano de gran propagación que impide que el oxígeno se disperse en el sedimento afectando a las algas autóctonas y a comunidades de la zona.
Sobre la vigilancia en la reserva el grupo de Som Poble-ERC, en la oposición en El Vendrell presentó en el pleno una propuesta de resolución que fue aprobada y que pide instar al Ministerio, como responsable de la reserva marina de Masia Blanca, a mejorar la vigilancia y garantizar de esta sea efectiva.
En superficie
L’Escurçó defiende que realiza una vigilancia constante con el dron aéreo, para lo que tiene autorización desde 2017 siendo la primera del Estado, y que incorporará el marino. Es un aparato tipo hovercraft que navega en superficie captando imágenes que permiten identificar matrículas de embarcaciones.
Otra de las amenazas es la de los furtivos que acceden a la reserva desde la playa con fusiles de pesca. Detectar a estos es más complicado. Según se explica llegan a la zona en coche, entran en el mar y salen con las capturas para dejar el lugar de manera rápida.
Los drones deben ayudar ala vigilancia desde la costa ya que L’Escurçó no puede emplear ahora sus embarcaciones ya que están retenidas en el puerto de Coma-ruga por un litigio que mantienen con el Club Nàutico.
En el caso de detectar una incursión irregular llama a los servicios costeros de Guardia Civil para que acudan con su embarcación.
24 años
El principal objetivo ahora es intentar evitar el fondeo que daña el fondo marino. «Llegan muchas barcas desde los puertos de Roda de Berà y de Segur de Calafell que deben saber que no puede fondearse en la reserva. Para esos hay sanciones».
La reserva marina de Masia Blanca es un rico ecosistema que ya tiene 24 años de protección por parte del Ministerio.