El Ayuntamiento de Calafell pretende dar un paso más contra el top manta y asegura que, además de confiscar las falsificaciones y otros productos a la venta, sancionará a los compradores. El concejal de Seguridad, Marc Casellas, señala que «después de muchas campañas informativas y de concienciación, también multaremos a los compradores».
«La sanción por comprar en el top manta puede oscilar entre 200 y 400 euros. Que todos tengan claro que comprar unas zapatillas deportivas o una bolsa en el top manta pueden resultar carísimo», añade Casellas.
Con la llegada de miles de visitantes a las zonas costeras también la venta de falsificaciones en top manta se incrementa y los municipios afectados intentan poner freno a ese tráfico para evitar el daño que supone al comercio local
El Vendrell y Calafell han potenciado la vigilancia con patrullas conjuntas de policías locales junto a otros cuerpos como Mossos d’Esquadra y Guardia Civil. Intentan evitar la llegada de los vendedores a sus puestos.
Aunque lo más efectivo sería la concienciación ciudadana para no comprar esos productos, parece difícil de conseguir. Incluso todavía hay muchas personas que lo ven como un atractivo más de los paseos marítimos.
Competencia desleal
Pero el top manta supone una competencia desleal e ilícita para el comercio que paga impuestos y genera puestos de trabajo por lo que los empresarios piden control para evitarlo. Sin embargo, la efectividad es perseguir al vendedor ya que la posibilidad de sancionar al comprador es difícil. En todo caso, los comerciantes esperan medidas contundentes para evitar el top manta.

El concejal Marc Casellas asegura que se «combatirá» el top manta. «Somos un municipio muy comercial y no puede ser que el comercio legal que cumple, paga impuestos y crea ocupación quede perjudicado por una práctica que no lo hace», señala.
El Ayuntamiento dispone de una ordenanza municipal que prohíbe la venta ambulante y sin licencia, pero es difícil de aplicar en el caso del top manta. Y que no es incompatible con el Código Penal que contempla incluso penas de prisión para los vendedores.
Sin embargo, la experiencia demuestra que lo más efectivo y menos violento para luchar contra esa venta que daña a las economías locales es la presión policial y los controles para evitar que las mantas lleguen a los paseos marítimos.
Más patrullas
Pero para ello se requieren unas plantillas de Policía Local amplias o un incremento presupuestario de horas extra, además de la disponibilidad de que puedan tener otros cuerpos de seguridad para realizar operativos conjuntos.
Según explica el Ayuntamiento, durante la Semana Santa se incrementarán los dispositivos de vigilancia de la Policía Local tanto uniformada como de paisano.
De momento, tanto en Coma-ruga como en Calafell las mantas y los manteros vuelven a estar en sus paseos.

La venta en el top manta está recogida como delito en el Código Penal. Es el artículo 273. Señala que será castigado con pena de prisión de seis meses a dos años y multa de 12 a 24 meses el que, con fines industriales o comerciales, sin consentimiento del titular de una patente o modelo de utilidad y con conocimiento de su registro, fabrique, importe, posea, utilice, ofrezca o introduzca en el comercio objetos amparados por tales derechos».
No dice nada de sancionar al comprador que en cambio sí puede ser denunciado por una ordenanza municipal, pero la aplicación para el vendedor es difícil.
Pocas denuncias
Uno de los problemas es que quien dispone de los derechos industriales e intelectuales por tener la patente de una marca como las que se suelen imitar, los ejerza y denuncie. Las marcas raramente deciden ejercer esos derechos aunque puedan decomisarse los productos y se les de aviso.
Hay otra circunstancia. No es lo mismo falsificación (que es más grave), que imitación. Se descarta el delito de estafa porque el comprador es consciente que por el precio que paga no se trata de un producto original.
¿Y qué puede hacer la policía más allá de decomisar el producto? Poca cosa. Primero porque una acción de ese tipo genera situaciones de violencia hacia los propios agentes y que puede poner en riesgo al resto de personas en las persecuciones.
Y después porque hace años que los juzgados ya piden que no se les llene de zapatillas, camisetas deportivas y bolsos, además de manteros detenidos a los que difícilmente se les puede condenar según la Ley porque con toda probabilidad el titular de la marca no ha presentado denuncia.
Otra cosa es una denuncia según la ordenanza municipal por la venta ambulante y sin pagar licencia. Pero no se pueden abrir dos vías a la vez y si se abre la penal no está la administrativa.
La vía administrativa
Son muchos los municipios que en sus ordenanzas establecen la prohibición del top manta y contemplan sanciones para el comprador con un importe de uno cien euros.
La intención de esa medida es más aleccionadora, disuasoria y de concienciación que efectiva.
Aunque el Código Penal no cite al comprador, ello no impide que haya una ordenanza que pueda sancionarle ya que no incumple una Ley superior, pero aquí el problema es ¿quién debe aplicar la sanción? Está claro que la Policía Local o los cuerpos de seguridad.

Pero ¿se va a sancionar al comprador y no se va actuar contra el vendedor en ese mismo momento? Fuentes policiales lo definen como una pescadilla que se muerde la cola y que es de difícil solución.
De hecho desde hace años que muchos ayuntamientos esgrimen la amenaza de las sanciones al comprador del top manta, como también se podrían aplicar para cualquier otro producto que se venda en la calle sin licencia.
Pero en cambio son muy pocas las sanciones que se han puesto por comprar esas zapatillas de imitación.
Urbanismo táctico en El Vendrell
Además de la vigilancia en puntos de entrada como carreteras y vías del tren, en el caso de El Vendrell también se apuesta por un urbanismo táctico para reducir el espacio donde los vendedores de top manta extienden sus productos.
En el paseo marítimo de Coma-ruga se han colocado unos maceteros en la zona en la que acostumbran a colocarse los vendedores de top manta.
Esas jardineras se han colocado en la zona donde se concentra la oferta de restauración y que era la preferida de los manteros. La prueba se testará durante esta Semana Santa.
El Ayuntamiento de El Vendrell explica que además habrá una mayor presencia policial.