Después de que en la noche del viernes una tortuga careta, una especie protegida, desovase 146 huevos en la playa de Calafell, se estableció un perímetro de protección para garantizar la eclosión de los huevos.
Una parte fueron retirados por la Generalitat para llevarlos a incubadoras y el resto se dejó bajo la arena. Pero se necesita vigilancia constante para garantizar la supervivencia de la puesta. Tanto para evitar que alguna persona o perro pueda dañar a los huevos, como que sean atacados por predadores como las gaviotas.
Por ello ahora se buscan voluntarios que puedan hacer relevos para mantener la guardia de manera permanente. La tortuga podría salir a la misma zona en unos 15 días para realizar una nueva puesta y el nacimiento de las tortugas podría ser en unos dos meses.
En un primer momento se desplazó a los huevos para alejarlos de la orilla y preservarlos de la marea. Ahora es temporada de anidación. La preservación de las puestas debe favorecer que se repitan para garantizar la continuidad de la especie.
Los técnicos del Centre de Recuperación d’Animals Marins (CRAM) consideran que la tortuga que ha desovado en Calafell fue la que salió la noche anterior en una playa de Salou pero no pudo hacer el nido porque fue asustada por unos ciudadanos. En este sentido es imprescindible no molestar a estos ejemplares en el caso de avistarlos.
La llegada de la tortuga sorprendió ya que la zona que ha escogido es totalmente urbana. Pero a favor tiene que es un arena fácil de excavar y con un perfil suave que facilita la incursión de la tortuga.
Los expertos explican que las tortugas escogen cada vez más las costas mediterráneas por el aumento de la temperatura global lo que las lleva a buscar zonas más frías para desovar.
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- Proyecto Tortuga: https://cram.org/proyecto-nidos-tortuga-boba/