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Altafulla plantea que los restaurantes del paseo abran los 12 meses del año

El Ayuntamiento también pedirá a Costas que los establecimientos puedan disponer de una tarima fija sobre la arena

24 junio 2023 16:53 | Actualizado a 25 junio 2023 13:43
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El Ayuntamiento de Altafulla quiere buscar soluciones definitivas no solo a los problemas de regresión de la arena de la playa, sino también a la afectación subyacente que esto supone para los restaurantes del paseo marítimo Botigues de Mar. Estas soluciones pasarían, por un lado, porque los comercios dispusieran de una tarima fija y, por otro, que mantuvieran abierto su negocio todos los meses del año.

En cuanto a la posibilidad de fijar una estructura cabe recordar que el plan de usos de Costas del Estado establece en 6 metros la distancia mínima que debe haber entre la tarima de los establecimientos y la línea del mar, una distancia que la coalcaldesa de Altafulla, Alba Muntadas, reconoce que «ahora es inexistente». Esta situación provoca un continuo malestar en los comercios afectados, que desde hace dos años ven como la posibilidad de disponer o no de la tarima, pende de un hilo.

Para terminar con esta situación, por ahora el Ayuntamiento de Altafulla y los restaurantes de Botigues de Mar han llegado a un acuerdo en base al cual, según explica Muntadas, «si no hay esta distancia mínima de 6 metros, pueden disponer en el paseo un 40% del espacio que ocupa su tarima». De este modo, los locales mantendrían prácticamente intacto el número de mesas y sillas que les corresponde por ordenanza municipal.

Esta situación es, sin embargo, provisional, puesto que la voluntad del Ayuntamiento altafullense es conseguir que los restaurantes dispongan de una estructura fija sobre la arena que les permita, por un lado, abrir todo el año y, por otro, terminar con los conflictos que la ‘invasión’ de las mesas y sillas en el paseo provoca con los propietarios de las viviendas que están frente a ellas. En este punto, el concejal de comercio y turismo, Tomàs Serra, asegura que, con las tarimas fijas, «reduciríamos el impacto visual que tienen las terrazas en medio del paseo, los restaurantes tendrían la tarima y los vecinos, una visión prácticamente limpia desde su casa hacia el mar».

El disponer de esta estructura fija implicaría, además, que los establecimientos de Botigues de Mar abrieran todos los meses del año. «Nuestra intención es que las tarimas sean inamovibles», explica Alba Muntadas, pero «siempre y cuando los restauradores se comprometan a tener abiertos sus negocios un mínimo de 9 meses al año y respetando siempre el plan de usos que establece la Generalitat en estos casos».

Aun así, a pesar de las intenciones del Ayuntamiento de Altafulla, éstas no pueden hacerse efectivas sin el consentimiento de Costas, organismo del cuál depende la concesión. En este sentido, el concejal de comercio y turismo asegura que «nosotros no queremos depender de la arena, por tanto pediremos a Costas pactar una concesión de estructura fija». A partir de aquí, habrá que ver si se concede el permiso y qué tipo de elemento se tendría que poner, siguiendo el mismo criterio estético para todos.

Los restaurantes, encantados

Las propuestas del consistorio altafullense han sido, por ahora, muy bien recibidas entre los restaurantes de Botigues de Mar. Así, Ariel Santiago, chef de cocina de Mercadet de Mar, se muestra «muy contento porque estas medidas atraerán a más gente». Abrir todo el año es, para Santiago «muy factible. Tenemos un clima idóneo para ello y traería beneficios para todos», sentencia.

Reposición anual de la arena

El Ayuntamiento de Altafulla está pendiente de recibir los resultados del estudio sobre el comportamiento de la arena en su litoral, que está llevando a cabo la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). El estudio puede proponer construir espigones marítimos que frenen el impacto del mar de fondo sobre la arena. Aun así, mientras esto no sea una realidad, el concejal de comercio y turismo, Tomàs Serra, anunció que el equipo de gobierno se ha comprometido a «hacer una reposición anual de 23.000 metros cúbicos de arena y a destinar una partida anual de 150.000 euros para aportar arena cada vez que sea necesario». «Queremos una playa digna y que Altafulla esté viva todo el año», concluyó.

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