Punto y aparte para el emblemático negocio Cal Serafí de Torredembarra, un referente del vino y el cava en el municipio y su entorno. La saga de comerciantes que lo impulsó y lo ha mantenido en crecimiento ininterrumpidamente durante cuatro generaciones traspasa el establecimiento por jubilación.
Su último día es el 20 de abril y un vermut popular será la guinda a esta extensa trayectoria.
La familia Mercadé se despide así de un proyecto que ha tenido al frente, en su última etapa, a Serafí Mercadé, su esposa Roser Torné y su cuñada Dolors Torné. Los padres de él lo pusieron en marcha, recogiendo la tradición payesa y viticultora del abuelo, hacia 1967.
Arrancaron vendiendo verduras y también algo de vino, y aquella idea fue orientándose cada vez más al turismo y dando mayor protagonismo a la bodega. A los visitantes, «les parecía muy curioso encontrar vino y licores a granel», recuerda Mercadé.
Más tarde, el local del 19 de la calle de Joan Güell se remodeló y, «en los años 80», Cal Serafí «se centró definitivamente en los vinos».
Desde entonces hasta hoy, la familia tampoco ha dejado de innovar. A inicios de los 2000, el enfoque viró de nuevo hacia los «vinos de calidad» y la clientela creció. Y, a partir de la Covid, se desarrolló la última fase, de la mano de la cuarta generación, Esther, centrada en una nueva terraza y en degustaciones y catas, además de la creación de un Viniclub y el asesoramiento de enólogos.
Los primeros recuerdos de infancia de Mercadé están ligados a Cal Serafí. «De pequeño, ayudaba a mi padre a llenar las botellas, en verano, como un niño de la época», rememora. La huella de la saga en la zona es profunda: «Creo que la gente siempre se ha sentido a gusto, que siempre hemos tratado bien a todo el mundo y que hemos sabido aconsejar lo que es mejor. Y eso es un gran orgullo».
Quienes también dirigen la pizzeria All Negre, Marc y Adriana, seguirán ahora con la tradición de Cal Serafí.
