Los usuarios del parque canino de Emprius están hartos: se quedan sin luz al menos tres veces al año y durante como mínimo cuatro o cinco días. Así lo denunció al Diari Miriam Martínez, vecina de la zona y propietaria de un perro al que lleva a pasear por el parque: «La luz se va de todo el recinto, queda completamente a oscuras y no se puede entrar allí». En total son, como mínimo, un centenar los vecinos de Emprius que se ven afectados por estos actos de vandalismo. «Somos todos los que tenemos perro, aproximadamente la mitad de todos los que vivimos en la zona».
El motivo de este despropósito es el robo de cable de cobre de la caja de luz que suministra la electricidad del parque. «Cada vez que sucede esto vemos a los operarios reparando la caja y, cuando les preguntamos, la respuesta siempre es la misma: robos de cable», lamenta Martínez.
La última vez que los vecinos sufrieron la falta de luz en el parque fue, según asegura Allué, a finales de año, justo por Navidad. De hecho, desde el Ayuntamiento aseguran que la última vez que se tuvo constancia de robo de cable de cobre en el parque fue el 22 de diciembre. Esta sin embargo no fue la primera vez que sucedió, ya que Martínez insiste en que «en verano ya nos quedamos sin luz al menos una vez y en lo que llevamos de invierno, como mínimo, dos».
Recolecta de firmas
La petición de contar con un pipican en condiciones en la zona de Emprius viene de lejos. Miriam Martínez impulsó una llamada a través de Internet con el fin de recoger firmas para conseguir este espacio. «Desde hace años, los vecinos de Salou reclamamos al Ayuntamiento una zona vallada y cerrada grande para que los perros puedan correr libremente sin tener la preocupación de una multa o molestar a los vecinos». Así comenzaba la petición de Martínez a través de la plataforma digital Change.org. Consiguió 528 firmas y que el Ayuntamiento se pusiera las pilas.
Finalmente, el pipican de Emprius se inauguró el pasado mes de junio. Se trata de un espacio de 1.012 metros cuadrados totalmente cerrado y pensado para el recreo de los perros, por lo que no deben ir atados y por tanto, pueden correr sin peligro. El Consistorio invirtió en él 20.700 euros.
Más mejoras
La inauguración del pipican fue sólo una de las muchas peticiones de los vecinos de Emprius que el Ayuntamiento atendió, ya que las reclamaciones van más allá y las redes sociales se llenan de llamadas para mejorar toda la zona. Una de ellas, quizá la más solicitada, se centra en el mantenimiento de las zonas verdes y parques infantiles, espacios que los vecinos consideran abandonados y perdidos.
«Es vergonzoso», apuntan algunos. «¿Por qué no se mantienen?», «¿por qué no se reponen los columpios que quitaron?» se preguntan otros. También se pueden encontrar múltiples propuestas, como instalar «un parque en condiciones», distintas pistas de juegos infantiles o tirolinas.
De hecho, en Emprius hay una de las zonas verdes más importantes de Salou: en el triángulo que forman la avenida del Dr. Eduard Punset, la avenida Joan Fuster y el Passeig 30 d’Octubre hay casi tres hectáreas de zona verde, además de distintas pistas para practicar deporte al aire libre. Cabe recordar también que el Sector 04 es uno de los sectores clave para el crecimiento de Salou, en el que debe constrirse la futura ciudad deportiva.