Tivenys, Roda y Camarles tienen el IBI más alto de la provincia

Son los municipios con un gravamen más elevado y en algunos casos tienen también un catastro 'hinchado' por estar revisado en plena burbuja

19 mayo 2017 21:03 | Actualizado a 24 diciembre 2019 20:50
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Si Tarragona es, junto a Lleida, la capital de provincia con el IBI más caro de España, como ha vuelto a confirmar el Ranking Tributario de los Municipios que ha hecho el Ayuntamiento de Madrid, en la provincia ese primer puesto recae en Tivenys (Baix Ebre), al menos en lo que al tipo impositivo de este impuesto corresponde: un 1,21, frente al 0,953 de la capital. Eso sí, Tivenys aplica ese gravamen sobre valores catastrales que no se revisan desde 1990, según el balance de todos los ayuntamientos de España relativo a 2015 y publicado ahora por el Ministerio de Hacienda.

El estudio deja entrever amplias desigualdades en un mismo territorio. La segunda posición es para Roda de Berà (1,17), con una última revisión que data de 1998. El tercer puesto es de Camarles (1,155), aunque también sobre valores catastrales referenciados a 1990, por lo tanto, lejos de la burbuja inmobiliaria que disparó los precios y revalorizó los inmuebles, aproximadamente a partir del año 2000.

 

Revisiones al alza

Eso sí, Camarles es uno de los 76 municipios tarraconenses que para este año pidieron la revisión del catastro al alza, un coeficiente de actualización que es un mecanismo a disposición de los ayuntamientos. Los consistorios suelen reclamarlo al Ministerio de Hacienda y acostumbra a tener una voluntad recaudatoria en varios impuestos, pero sobre todo en el IBI. Creixell o Deltebre también hicieron lo mismo. Otras poblaciones como Cunit, con un gravamen entre los más altos, pidieron una revisión que fue a la baja.

En el ‘top ten’ de poblaciones tarraconenses con el tipo de contribución más elevado, figuran algunas que, además de tener el porcentaje alto, realizaron en pleno boom inmobiliario la última revisión. Alcanar figura en la cuarta posición, con un índice de 1,1, y una última revisión efectuada en 2001. Deltebre, Calafell y Cunit también revisaron sus catastros en la pasada década, marcada por las subidas. También es significativo el caso de Amposta, en el puesto 13 del ranking, con un 0,9964 de tasa en la contribución urbana y una revisión catastral realizada en 2004, en plena cresta de la ola. De entre las diez principales ciudades de la provincia, Calafell es la que tiene un IBI más elevado, por delante del Vendrell y de la citada Amposta. Tarragona capital, a pesar de su ‘fama’ negativa en comparación con otras capitales de España, es más barata que Reus, aunque sea por una posición en esta clasificación: un tipo de 0,9545 frente a otro de 0,953. Ambas ciudades hicieron la última revisión en 2001, por lo que, en una propiedad con las mismas características, un ciudadano de Reus paga más en el recibo de contribución que un vecino de Tarragona.

En cualquier caso, otros municipios importantes de la demarcación, como Valls y Tortosa, tienen tipos más altos. Entre los tres principales municipios de la Costa Daurada, Vila-seca es quien tiene el IBI más caro, por delante de Salou y Cambrils, que es, de entre la decena de grandes poblaciones de la provincia, quien goza de un dato más bajo: 0,84. Las tres poblaciones costeras revisaron sus valores catastrales en épocas similares, mediados los años 90.

En el otro extremo, Senan (Conca de Barberà), el pueblo con menos habitantes de Tarragona, es quien tiene un tipo impositivo de IBI más pequeño, con un 0,4, teniendo en cuenta, además, que de su última revisión catastral hace 25 años, pues fue en 1990. Los tipos de Rodonyà y La Secuita también aparecen entre los más bajos (0,45), aunque con la salvedad de que los valores catastrales están calculados en 2007, en un momento de valoraciones abultadas de las propiedades.

Lo mismo sucede en Sant Carles de la Ràpita. Una de las poblaciones más grandes del Ebre y de toda la provincia está entre las que presenta un IBI más asequible, aunque la revisión del catastro es de 2008, justo antes de estallar la burbuja inmobiliaria que derivó en la bajada de precios.

La Sénia, Alcover, les Borges del Camp, Vila-rodona, Els Garidells o Garcia también son ejemplos de poblaciones con un gravamen bajo pero una revisión catastral hecha, en su momento, al alza. En cambio, los habitantes de Colldejou o Vilalba dels Arcs, además de tener tipos bajos, ‘disfrutan’ de valores catastrales que no se revisan desde finales de los años 80 o principios de los 90.

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