La picadura de una avispa normal y la de la de una asiática es muy similar. La única diferencia: la cantidad de veneno que inyecta en el cuerpo. En el caso de la asiática, como su tamaño es mayor, el dolor también aumenta. El único riesgo es para los alérgicos o los colectivos vulnerables, como es el caso de las víctimas españolas del insecto.
Lo más normal es que la reacción del picotazo sea una leve inflamación de no más de diez centímetros, dolor, enrojecimiento y picor. Ante tal situación, hay que aplicar hielo y, en caso de que el dolor sea intenso, analgésicos y antiinflamatorio. Si éste persiste, pueden llegar a usarse corticoides en crema y antihistamínicos orales o hasta corticoides orales.
Las picaduras de avispa asiática pueden producir un hinchazón intenso durante unas 24 horas; aunque si es en nariz, ojos y boca puede ser que la reacción sea todavía más fuerte. La primera hora transcurrida tras la picadura de una avispa es determinante, ya que el 80 por ciento de las personas alérgicas mueren en ese periodo si no son atendidas. Es importante, para evitar su ataque, mantener la calma ante su presencia y evitar las zonas húmedas, matorrales, rincones oscuros y frescos y copas de los árboles.
