La Casa Blanca presentó este lunes el nuevo retrato oficial de la primera dama, Melania Trump, una elegante fotografía en blanco y negro que no ha pasado desapercibida. El retrato ha sido realizado por la reconocida fotógrafa belga Regine Mahaux, quien ya había trabajado con Melania en su retrato anterior durante la presidencia de Trump (2017-2021).
La imagen, capturada el día después de la toma de posesión de Donald Trump el pasado 21 de enero, muestra a Melania en un entorno cargado de simbolismo: la Sala Oval Amarilla, situada en el segundo piso de la Casa Blanca, que sirve como residencia de la familia presidencial. De pie y apoyada con ambas manos sobre una mesa, la primera dama se encuentra frente a un gran ventanal que deja entrever el Monumento a Washington al fondo, un emblema de poder y continuidad en la historia de los Estados Unidos.
Vestida con un traje oscuro de chaqueta y pantalón y una camisa blanca, Melania luce un posado serio y sereno que contrasta con la ligera sonrisa y los brazos cruzados de su retrato anterior. El cambio de tono ha generado comparaciones en redes sociales y medios especializados, señalando su similitud con la estética de la serie «House of Cards». En particular, la fotografía evoca el estilo de Claire Underwood, la protagonista de la ficción política que explora las intrigas del poder en Washington D.C.
La sobriedad de la imagen, unida a la iluminación en blanco y negro y el gesto contenido de Melania, ha llevado a analistas de moda y fotografía a señalar un posible intento de proyectar una imagen de autoridad, sofisticación y determinación, en línea con la narrativa que marcó el regreso de Donald Trump a la política nacional.
El retrato también plantea un giro estético significativo respecto al primer mandato de Trump, donde la fotografía oficial de la primera dama mostraba una paleta más cálida y un gesto más accesible. Este nuevo enfoque parece alinearse con un momento político de mayor tensión y polarización, algo que la Casa Blanca podría haber querido reflejar en la imagen pública de Melania.
Con esta nueva imagen, la primera dama no solo consolida su estilo característico, sino que también añade un matiz cinematográfico a su papel en la política estadounidense, mientras el país observa atentamente los movimientos de la familia Trump en un escenario político incierto.