El Gobierno italiano, que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, ha decretado el estado de emergencia nacional migratorio durante los próximos seis meses, tras el desembarco en las costas italianas de más de 3.000 personas en los últimos tres días, informaron hoy los medios locales.
La medida, a propuesta del ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, Nello Musumeci, y con una financiación inicial de cinco millones de euros, se implementará en todo el territorio nacional debido al aumento excepcional del flujo de migrantes a través de las rutas del Mediterráneo.
La declaración, que fue aprobada en un Consejo de Ministros en el que también se adoptaron sanciones para quienes vandalicen el patrimonio cultural, se produce tras una conversación mantenida este lunes entre Musumeci y el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, y que fue confirmada a EFE por fuentes de Interior.
«Nos hemos adherido gustosamente a la petición de Piantedosi, muy consciente de la gravedad de un fenómeno que aumenta un 300%. Seamos claros, no estamos resolviendo el problema, cuya solución sólo está ligada a una intervención consciente y responsable de la Unión Europea», dijo Musumeci.
La medida, que «permite derogar algunas normas del ordenamiento vigente», «será nacional» porque «necesitamos ayudar a las regiones porque existe el riesgo de enviar el sistema al colapso si continúa este ritmo de llegadas», añadió, aunque insistió en la importancia de que Europa «se dé cuenta de que no hay mucho tiempo».
«Si intervenimos en los países desde los que nos movemos, neutralizando la mafia de los traficantes, quizás podamos evitar lo peor», enfatizó Musumeci.
En ese mismo sentido se había manifestado unas horas antes el vicepresidente del Gobierno y líder de la soberanista Liga, Matteo Salvini, al asegurar que Italia es «absolutamente incapaz» de gestionar «mil llegadas diarias» de migrantes y que «es crucial que Europa despierte e intervenga».
«Lleva años charlando, pero nunca ha movido un dedo, y es hora de demostrar que existe una comunidad, una Unión, y que la solidaridad no es sólo responsabilidad de Italia, España, Grecia o Malta. Porque mil llegadas al día somos absolutamente incapaces de apoyarlas económica, cultural y socialmente», dijo.
Más de 3.000 migrantes han llegado a Italia en unas últimas horas de intensa actividad para los guardacostas italianos, que han socorrido este fin de semana numerosas embarcaciones en peligro en el Mediterráneo Central.
En dos complejas y largas operaciones, aún sin finalizar, la Guardia Costera interceptó este lunes dos barcos en los que viajaban 800 y 400 personas en aguas próximas a Sicilia y Calabria (sur), que se han sumado a las cerca de 2.000 personas que las autoridades italianas ya habían rescatado en otras operaciones desde el viernes.
«Si Europa está ahí, ya que somos contribuyentes netos de miles de millones de euros al año, es hora de demostrarlo, porque no podemos hacerlo solos», dijo Salvini, al explicar que es necesario «al menos un centro de repatriación para cada región».
Las llegadas a Italia ascendieron superaron las 31.000 desde el inicio de 2023, casi cuatro veces más que las cerca de 8.000 de 2022, con 3.002 migrantes en los últimos tres días, y un récord de 1.389 el pasado viernes, 7 de abril.