En un momento crucial para su país, el embajador palestino en España, Husni Abdel Wahed, visitó el viernes Tarragona, invitado por la Taula Intercultural.
¿Cómo valora la decisión de España y otros países de reconocer el Estado palestino?
Es un reconocimiento muy valioso que llega en un momento muy oportuno. Mientras Israel y algunos actores internacionales optan por la vía de la muerte y del genocidio, estos países vienen a encender una vela para recordar que una solución pacífica es posible. Y pienso que van a marcar un ritmo y una ruta que otros van a seguir.
Sin embargo, este gesto no se puede llevar a cabo. Aunque Israel lo aceptara, Palestina ahora mismo está ocupada y dividida. ¿Qué sentido tiene hacer estas declaraciones?
El presidente Sánchez lo ha planteado de una forma muy clara: este no es el fin del camino, esto tiene que seguir con una implementación de la solución de dos Estados. Y cuando se habla de esto, hay un Estado que falta, y es el Estado de Palestina. El otro está desde hace más de 76 años.
Al otro lado de la mesa, está el Gobierno israelí más conservador de la historia. ¿Cree que se puede llegar a una solución de los dos Estados con Netanyahu?
Los acuerdos no se hacen entre gobiernos, se hacen entre enemigos. Cuando haya voluntad y cuando sientan que no pueden seguir actuando con esta impunidad, se hará.
«Cuando se habla de solución de los dos Estados, hay uno que falta, y es el de Palestina. El otro está desde hace más de 76 años»
Tras el horror de la guerra en Gaza y tras el trauma que ha supuesto para los israelíes el 7 de octubre, ¿puede surgir una oportunidad para la paz?
Es hora de que los países que han invertido durante años en el sionismo empiecen a invertir en la cultura de la paz. Escuchamos mucho hablar de cultura de paz, pero estos mismos que la pregonan en sus países, en Occidente, están haciendo enormes inversiones de guerra en otros sitios. Invierten en el odio y el miedo.
¿Qué piensa cuando ve que un Gobierno como el de Joe Biden habla de solución de los dos Estados, pero al mismo tiempo vende armas a Israel, que se usan en Gaza?
Yo no juzgo intenciones. Lo que se juzgan son los hechos y las políticas. Y lo cierto es que Estados Unidos, en esencia, actúa en contra de la solución de los dos Estados. Se ha demostrado que, en las últimas matanzas en Rafah, donde quemaron vivos a los palestinos desplazados en tiendas de campaña, los proyectiles que se usaron estaban fabricados en Estados Unidos. Más que ser amigo de Israel, Estados Unidos está siendo cómplice en un genocidio.
¿Qué tiene que pasar para que esta guerra termine?
Lo que tiene que pasar, principalmente, es un cambio de actitud, tanto del Estado genocida de Israel, como de la Administración norteamericana. Porque la verdad es que se creía que la Unión Europea podía desempeñar un rol más importante, pero ha defraudado.
«Los mismos que pregonan la cultura de la paz en Occidente, están haciendo enormes inversiones de guerra en otros sitios»
¿Cómo se imagina el futuro?
Imagino un futuro bello, con vida, justicia, paz y libertad. Es el anhelo y el objetivo de la lucha de nuestro pueblo. Aquellos que hemos sufrido la ocupación, la represión, el asesinato y la muerte durante tanto tiempo, lo más que anhelamos es justicia, paz y libertad. Y nos comprometemos a no ser una réplica de otros que, de víctimas, se han acabado convirtiendo en victimarios.
¿Hay espacio para los israelíes en ese futuro suyo?
Si los países que han financiado al Estado genocida de Israel hasta el momento financiaran una cultura de paz, tanto para Israel como para los demás, yo sí pienso que hay cabida para todos. El presidente palestino lo ha reiterado una y otra vez: en este mundo no sobra un pueblo, falta un Estado. Y el Estado que falta es el Estado de Palestina. Todos tenemos cabida y todos podemos convivir, siempre y cuando tengamos esta cultura de paz y de convivencia. Pero paz con justicia. No puede haber paz sin justicia.