Una fuga del gas refrigerante de la nevera del piso 86 del edificio del barrio valenciano de Campanar propició el inicio del incendio del pasado febrero en el que murieron diez personas, según un estudio técnico de especialistas en incendios de la Policía Científica.
Según el estudio, que ha avanzado el periódico Levante-EMV, se trabaja con la hipótesis de que «una pequeña fuga» en los conductos de canalización de ese gas refrigerante, el isobutano, pudiera prender «ante cualquier chispa» o por la electricidad estática del aparato, ya que es muy inflamable.
Los técnicos de la Policía Científica han concluido que el fuego se originó en la parte trasera del frigorífico, pero no han detectado ninguna anomalía eléctrica, por lo que descartan el cortocircuito y el mal funcionamiento, y sospechan de la falta de ventilación, según indica el periódico.
Hasta ahora se sabía que el incendio que el pasado 22 de febrero arrasó en minutos un edificio de 138 viviendas había empezando en un electrodoméstico de la cocina de una vivienda, según explicó en marzo la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé.