«Hemos perdido todo el autogobierno que habíamos logrado durante la democracia. Cualquier cosa que hagamos ahora debe pasar por Madrid. La ocupación de la Generalitat por parte del Estado ya es total y absoluta. Hemos vuelto cuarenta años al pasado». Así de claros se muestran varios cargos del Govern consultados por el Diari que, pese a que prefieren hablar desde el anonimato, relatan a este periódico las consecuencias de la primera semana de aplicación del polémico artículo 155 de la Constitución.
Desde el pasado lunes, la gestión del día a día de la administración autonómica la llevan directamente los técnicos de la Generalitat con sus homólogos de los ministerios correspondientes, sin directrices políticas tras las destituciones del President, Vicepresident y el resto de consellers el viernes 27 de octubre. Además, el martes día 31 el Boletín Oficial del Estado (BOE) también publicó los ceses de los delegados territoriales, entre lo que se encontraban los del tarraconense Òscar Peris y del ebrense Xavier Pallarès. Todo ello provoca que, en estos momentos, la Generalitat sea comandada por la tecnocracia. Fuentes del Estado afirman que el Gobierno Central no nombrará a ningún cargo durante la aplicación del 155, por lo que la falta de una dirección política se alargará hasta que pasen los comicios que se celebrarán dentro de 45 días.
Una conselleria, más ministerios
«La sensación que tengo es que preguntan mucho, que lo quieren saber todo, pero que durante este mes y medio no harán demasiada cosa. Todos tenemos ganas de que todo esto pase y que lleguen ya las elecciones del 21 de diciembre», explica un alto cargo, quien revela que «yo he viajado esta semana a Madrid para entrevistarme con directores generales y secretarios de Estado. El problema es que lo que en el Govern está en una sola Conselleria igual en Madrid está repartido entre dos o tres ministerios. Y esto lo complica todo, ya que no hay un solo interlocutor», afirma la misma fuente en declaraciones al Diari.
Tecnocracia. El día a día lo llevan sólo los técnicos del Govern y del Estado.La situación es diferente según la conselleria. Hay algunas que son más de gestión, como las económicas o las relativas a ocupación o empresas, pero el ambiente es más tenso en departamentos más «sensibles», como pueden ser los casos de Cultura, Afers Socials o Ensenyament. «Ahora para hacer gestiones para Catalunya debo hablar en castellano. No me había pasado nunca. Mi sensación es que si fuera por Ciutadans, la aplicación del 155 sería mucho más contundente», afirma otro de los cargos consultados, quien revela que los trabajadores del Govern «estarán tranquilos mientras el Estado respete el Estatut y la Llei d’Educació de Catalunya. Si no lo hacen habrá dimisiones en masa de gente que ahora seguimos para que los catalanes no perdamos el control de nuestras instituciones».
‘No tenemos ni firma’
Otra fuente lamenta que «ahora el proceso para poder realizar cualquier iniciativa es mucho más largo, ya que los cargos de aquí no tenemos delegación de firma, por lo que no podemos ejecutar nada sin que pase por el director general o el secretario de Estado de turno. Y si alguna cosa la tiene que firmar el ministro deberemos esperar a que se publique en el BOE. Todo esto paraliza demasiado la gestión del día a día. Esto no es viable, ya que además hipoteca cualquier proyecto de futuro», lamenta.
Quien sí que acepta salir en público es el director general d’Afers Religiosos, Enric Vendrell, quien relata que «el martes, un director general del Ministerio de Justicia me pidió que le preparara un informe de todo lo que tenemos entre manos». Vendrell lamenta que «los trabajadores están muy tocados, ya que no tenemos President, nuestra consellera –Meritxell Borràs– está en prisión... la situación es muy bestia».