La Catedral del Vino, así denominó el escritor Àngel Guimerà la bodega cooperativa de L’Espluga de Francolí. Junto con la de Barberà de la Conca y la de Vila-rodona constituyen las tres joyas arquitectónicas de Castell d’Or, edificios modernistas de principios del siglo XX, obra del arquitecto Cèsar Martinell (discípulo de Antoni Gaudí), que se pueden visitar descubriendo, a la vez, el ciclo de elaboración del vino.
Junto con otras seis bodegas cooperativas más, surgió en 2005 Castell d’Or, una apuesta firme por la calidad en la elaboración y la modernización de las instalaciones con el fin de elaborar vinos, cavas y aceites de alta calidad. Un modelo organizativo que contrasta con el de otras bodegas y caracteriza Castell d’Or por la variedad de productos de diferentes denominaciones de origen de Cataluña.
El impulso cooperativista, la diversidad de paisajes, variedades, y la red de agrotiendas vinculadas a las nueve cooperativas del grupo, definen el proyecto Castell d’Or. Vinos y cavas ámpliamente reconocidos consolidados, también, en el mercado exterior.