La capital del Alt Camp ha vuelto a mirar al cielo, a levantar la cabeza, y no para admirar el campanario de Valls (el más alto de Catalunya), sino para comer calçots. Un arte sin secretos, con permisividad para ensuciarse manos y cara y deleitarse de un manjar donde la cocción y la salsa tienen su secreto.
Hoy, último domingo de enero, se ha celebrado la 42 edición de la Gran Festa de la Calçotada, con cerca de 40.000 personas llegadas a Valls, mayoritariamente eran público nacional.
Este año el grupo local Figa Flawas han sido los embajadores de la Autèntica Calçotada y refuerzan el vallenquisme del certamen, que ha traspasado fronteras locales, provinciales, autonómicas y estatales.
Uno de los reclamos de la Gran Festa de la Calçotada de Valls es el concurso de comer calçots, que año tras año acumula un numeroso público en la plaza del Pati. Este año han participado 20 hombres, de los cuales ha sobresalido Antonio Hernández, de Santa Perpètua de Mogoda.
En 45 minutos, ha estado capaz de zamparse 240 calçots de un peso de 3,060 kilos. Esta edición de 2024 ha sido la octava vez que se ha presentado al certamen y ha batido su récord personal proclamándose campeón.
A pesar de que por normativa, el próximo año no se podrá volver a presentar, tiene claro que en 2026 volverá a la capital del Alt Camp para competir de nuevo. Por detrás de Hernández se ha colocado el barcelonés Ramon Caballero y el histórico vallense Ramon Forès, que han comido 196 y 190 calçots respectivamente.
La plaza del Pati ha sido uno de los puntos de encuentro para los miles de personas que se han acercado en la ciudad para celebrar el momento álgido de la temporada de calçots, pero no el único.
La plaza de L’Oli se ha llenado de curiosos que han querido ver de cerca como se ponían al fuego estas cebollas dulces que se han repartido en las 4.000 degustaciones preparadas para la ocasión. De estas, 1.500 se han agotado de forma anticipada antes del acontecimiento.
Un hito celebrado desde la Cambra de Comerç de Valls, que este año ha puesto el foco en el público nacional, especialmente el proveniente de la Catalunya central. Así lo ha destacado el presidente del ente, Josep M. Rovira, quien ha señalado el desconocimiento de la fiesta por parte de esta población. A la vegada, ha añadido que también han ampliado la promoción al sur de Francia, el Aragón y el País Valenciano.
Público de proximidad, pero también internacional
Más allá del público familiar y de proximidad, el internacional también se ha vuelto a movilizar para vivir en propia piel todo el que implican las calçotades. Es el caso de la Yuliya Sergina, una ciudadana rusa que vive en Catalunya desde hace dos años y que ha acompañado a 55 turistas homólogos para conocer de cerca esta tradición.
«Algunos de los compañeros ya habían probado antes, en restaurantes, pero por la mayoría es nuevo. Es una tradición guapa, donde todo el mundo disfruta y se ensucian los dedos y las manos comiendo», ha comentado.
Los Figa Flawas alardean de ‘La Calçotada’
Por otro lado, en la plaza del Blat se ha concentrado unos 20 payeses que han participado en el 36.º concurso de cultivadors de calçots. Un jurado especializado ha analizado cada detalle de los manojos que se han presentado en esta edición. Los vallenses Figa Flawas han sido invitados a tomar parte en esta experiencia, que han calificado «de aventura» y «de aprendizaje» que ha servido para proclamar ganador a la Horta Blanch de Altafulla.
En cuanto a los agricultores, la previsión es repetir la cifra de 18,5 millones de calçots del año pasado. El presidente de la IGP Calçot de Valls, Dalmaci Clofent, se muestra «expectante» ante el contexto actual de anticiclón, puesto que podría afectar a la calidad del producto.
Este es un cultivo de invierno, el cual requiere frío para estar a su punto óptimo. A pesar de todo, los productores son optimistas y auguran una buena respuesta por parte del público.