El túnel del coll de Lilla se inauguró hace justamente un año este miércoles, tras haber acumulado años de retraso en su construcción. La vía registra 13.638 vehículos diarios, de los cuales casi 3.000 son camiones. A pesar de ser una infraestructura largamente reivindicada y necesaria para conectar la Conca de Barberà con l’Alt Camp, los vecinos de Lilla reclaman más pantallas acústicas para mitigar el ruido. “Creo que tenía menos ruido cuando vivía en Barcelona”, dice la presidenta de la Asociación de Vecinos, Teresa Figueres. El alcalde de Montblanc se reunirá con el gobierno español el próximo 14 de noviembre para impulsar la conexión entre la A-27 y la AP-2. Esta semana ya han comenzado los trabajos complementarios del proyecto que quedaban pendientes.
La presidenta de la Asociación de Vecinos de Lilla asegura a la ACN que ha sido un año “difícil” porque han luchado con las administraciones para poder cobrar las indemnizaciones prometidas por reparar las grietas que aparecieron en las viviendas debido a las voladuras realizadas durante la construcción del túnel. Una vez cerrado el capítulo de las indemnizaciones, Figueres destaca que también ha sido un año complicado para los vecinos, ya que han pasado de vivir en un pueblo en plena montaña, donde predominaba la tranquilidad, a tener la A-27 al lado de sus casas. “Tenemos una autovía pegada a las paredes de las casas, tenemos mucho ruido”, lamenta.
Aunque los vecinos de esta pedanía de Montblanc lograron que se colocaran más pantallas acústicas de las previstas en el proyecto, consideran que no son suficientes. Por esta razón, reclaman que se instalen más en la mediana de la autovía. “Si no pueden ser de hormigón por cuestiones de seguridad, que sean de metacrilato”, apunta el alcalde de Lilla, Josep Lluís Inglés, quien cree que sería una buena solución para mitigar el ruido que sufren desde la apertura del túnel. “A las seis de la mañana, parece que se pone en marcha una fábrica con los camiones que bajan hacia Tarragona”, denuncia el alcalde.
Por su parte, el delegado del gobierno español en Catalunya, Carlos Prieto, asegura que una posible solución a esta problemática sería una de las actuaciones incluidas en las obras complementarias que comenzaron esta semana. “Hay algunos elementos de mejora en el ámbito de la propia pintura y del revestimiento de la obra, esperamos que esto pueda acabar con cualquier inconveniente de los vecinos”, sostiene. Sin embargo, no se ha pronunciado sobre si el Ministerio estudiará la petición vecinal de ampliar las pantallas acústicas actuales.
Paralelamente, el alcalde de la pedanía afirma que se han sentido menospreciados tanto en el proceso para cobrar las indemnizaciones por las grietas –700.000 euros que los vecinos recibieron finalmente entre julio y septiembre de este año–, como por el hecho de que no se completaron algunas de las actuaciones del proyecto, como por ejemplo, la pavimentación de viales laterales que se quedaron sin asfaltar y que se dañaron con las últimas lluvias, siendo el Ayuntamiento de Montblanc quien asumió su reparación. También lamenta que los agricultores deben ir a Montblanc para acceder a sus tierras, ya que no se ha resuelto el acceso a la N-240.
Más de 13.000 vehículos diarios
Según los datos facilitados por el Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible, la intensidad media diaria de vehículos que se registra en el túnel del coll de Lilla de lunes a domingo en ambos sentidos es de 13.638 vehículos. De estos, 11.290 son vehículos ligeros y 2.348 camiones. También en ambos sentidos, de lunes a viernes, se registran un total de 13.974 vehículos, de los cuales 2.968 son camiones. En el caso de los fines de semana, la vía registra 12.855 vehículos –11.952 ligeros y 903 camiones.
“El túnel de Lilla es una infraestructura clave para la conexión entre Valls, Montblanc y Tarragona, está teniendo un gran impacto en la mejora de la seguridad de los vehículos pesados y coches, casi 14.000 y 3.000 camiones, y por tanto conlleva más seguridad y reducción de tiempo de desplazamiento. Tiene efectos económicos muy importantes para el acceso al puerto de Tarragona”, afirma el delegado del gobierno español.
“Los camiones de mercancías peligrosas, sin poder circular”
En cuanto a la catalogación del túnel para que puedan circular los camiones que transportan mercancías peligrosas, Prieto dice que está en “permanente estudio” y que se tomarán las medidas “pertinentes”. No obstante, por ahora seguirán sin poder circular. “Lo primero es la seguridad, no circulará ninguna mercancía peligrosa si no está absolutamente garantizado que no supone ningún peligro para el conjunto de los vehículos que transitan”, argumenta el delegado del gobierno español en Catalunya.
Comienzan las obras complementarias
Las obras complementarias para conectar la A-27 con la N-240 en el tramo entre Valls y Montblanc comenzaron este lunes y está previsto que se ejecuten en un plazo de dieciocho meses. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha destinado unos 5,4 millones de euros (IVA incluido), así como más de 508.000 euros para asistencia técnica. Durante la actuación se resolverán aspectos que quedaron pendientes en el proyecto de construcción del túnel.
En concreto, los trabajos consistirán en realizar una conexión directa de la A-27 con la carretera N-240, la construcción de un paso superior de reposición del camino de Camp Magre y Vilaverd –en el km 4.600–, la protección del oleoducto de CLH o la instalación de un edificio anexo complementario al centro de control del túnel del coll de Lilla y su revestimiento con pintura epoxi. También se incluye la creación de una línea de fibra óptica de conexión entre el centro de control de la infraestructura y el nodo situado entre el cruce de la A-27 y la AP-7, o el refuerzo de los sistemas de contención de la N-240.
Reunión en Madrid
El alcalde de Montblanc, Oriol Pallissó, tiene previsto reunirse el próximo 14 de noviembre en Madrid con el director general de carreteras del Estado para “impulsar” la actuación para conectar la A-27 con la AP-2, cuyo proyecto se encuentra en fase de redacción. “Hemos constatado el caos durante el verano porque todo el mundo pasa por Montblanc para regresar hacia Lleida, Zaragoza o Andorra, se crea un embotellamiento muy importante”, lamenta el alcalde.
Por eso, confía en que el ejecutivo español dé “celeridad” al proyecto para que quede aprobado el próximo año y se puedan comenzar las obras en 2026. “Espero que en pocos años se pueda solucionar la conexión”, asegura. “Ahora comienzan las obras complementarias, lo que hará que no tengamos que desviarnos en las rotondas para tomar la carretera nacional, será una pequeña mejora, pero la conexión final es lo que nos importa”, defiende Pallissó, quien considera que la conexión entre la autovía y la autopista contribuirá a que la comarca “prospere económicamente e industrialmente”.