Es uno de los monumentos más simbólicos de Barcelona. El Monument a la sardana, obra del escultor de Banyeres del Penedès, Josep Cañas es un símbolo de la cultura y de obligada visita.
Sin embargo en octubre del pasado año sufrió un ataque vandálico. Unos desconocidos mutilaron los brazos de algunas de las piezas y así sigue, pese a las quejas de las collas sardanistas que urgen al Ayuntamiento de Barcelona a su reparación.
La restauración iba a hacerse en un mes, pero han pasado ocho y no se sabe nada. La situación ha llevado a las collas sardanistas a protestar por el abandono de ese emblema de la cultura catalana.
La Confederació Sardanista de Catalunya y diversas entidades mantienen protestas para pedir la restauración urgente. Ya han organizado actos de protesta a las que se han sumado personalidades culturales como el historiador Josep Maria Solé Sabaté.
El Ayuntamiento de Barcelona reitera desde hace semanas el mismo mensaje: «Se está acabando de ultimar la ejecución de un proyecto de restauración integral del conjunto escultórico».
Consiste en reparar y recolocar los brazos y manos originales que han podido recuperarse y colocar seis copias en piedra natural de los que faltan. También se repararán las fisuras. El presupuesto es de unos 30.000 euros. Pero no hay fecha para los trabajos.
La colla sardanista de El Venedrell, Dansaires del Penedès, también denuncia el abandono de la obra de Cañas y la falta de sensibilidad por el retraso en repararla, como señala su presidente Joan Morros.
El Ayuntamiento de Banyeres del Penedès ya ha pedido en dos ocasiones a su homólogo de Barcelona que acelere la restauración. Pero además ahora el alcalde de Banyeres, Amadeu Benach, señala que «si Barcelona no va a restaurar el monumento, que nos lo entregue. Nos ofrecemos a restaurarlo nosotros de manera rápida y a colocarlo en un lugar emblemático».
Hermandad
El monumento de Montjuic en Barcelona, es una de las obras más reconocidas del escultor de Banyeres del Penedès, Josep Cañas. Data de 1965 y está dedicado a la sardana. La obra es también un mensaje de concordia. Fue erigido en la época del alcalde José María de Porcioles como una muestra de confraternizar con el catalanismo más moderado al final de la dictadura. Fue el primera obra dedicada a la cultura catalana que se colocó en la vía pública durante el franquismo.
Tiene un diámetro de cuatro metros y ocho figuras de unos dos metros de altura talladas en piedra caliza de Ulldecona. En el centro hay una piedra de Montserrat. En la obra puede leerse el poema Les fulles seques de Àngel Guimerà, que Enric Morera interpretó como una sardana.
La obra de Cañas fue un encargo de Borges Villegues, un venezolano que impulsó el parque de atracciones de Montjuic y que la regaló a Barcelona.
En 2014 la escultura sufrió un ataque similar cuando le amputaron los brazos a cuatro bailarines. Entonces el Departament de Patrimoni Arquitectònic pagó 6.500 euros para la reparación. En 2002 una de las figuras fue robada y tuvo que remplazarse por una nueva.