Barcelona fue un referente en la conquista de los derechos LGTBIQ+, en los años 70, y abrió camino en el resto de España. Con esta idea como punto de partida, el alcoverenese Toni Torbellino, el reusense Iban Pàmies y la barcelonesa Belén López grabaron el documental Barcelona fora de l’armari, con el que quiere dar voz a este movimiento y mostrar su evolución hasta hoy. Rescatan la creación de la primera asociación del país, el Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH), o la primera manifestación en favor de los derechos de los homosexuales, en 1977 en Les Rambles.
«El movimiento ha cambiado mucho desde entonces. Todavía queda mucha lucha por hacer y objetivos por conseguir, pero la lucha es de otra forma. En los 70 podías ir a la cárcel por ser homosexual o a un convento si eras lesbiana. Actualmente, eso no ocurre, pero sigue habiendo delitos de odio contra las personas por su orientación sexual o su identidad de género», explican los tres autores del filme.
El documental cuenta con testimonios de personas que, desde la dictadura franquista, han peleado por los derechos de la comunicad LGTBIQ+, como Armand de Fluvià, fundador del Movimiento Español de Liberación Homosexual; Eugeni Rodríguez, presidente del FAGC y del Observatori contra l’Homofòbia; o Katy Pallàs, presidenta de las Famílies LGTBI). Y narra cómo impactó el sida en el movimiento o «las agresiones LGTBIfóbicas» que se producen aún.
«Armand de Fluvià nos contó que creó una asociación de forma clandestina porque, en los 70, los homosexuales eran considerados delincuentes y, según la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, eran un peligro social. Pese a ello, tanto Armand como muchas otras personas decidieron tirar adelante y rebelarse contra el sistema para derogar dicha Ley, con lo que eso comportó. No fue abolida totalmente hasta el 95, es decir, hasta hace dos días», afirma Toni Torbellino.
Barcelona fora de l’armari está realizado de manera desinteresada y sin ánimo de lucro. Intenta sensibilizar y aportar su granito de arena para que se normalice este movimiento. «Cada vez menos, pero todavía hay mucha gente que estigmatiza al colectivo. Y en eso, todas las personas que aparecen en el documental coinciden: falta educación. Es necesario que tengamos educación sexoafectiva, que se entienda que hay muchos tipos de personas, que todas son diversas y no hay unas mejores que otras. Por eso, pensamos que este documental debería llegar a todas las personas, no solo a las que forman parte del colectivo LGTBIQ+. Es una herramienta que debería enseñarse en escuelas e institutos para que la gente sepa cómo se han conseguido estos derechos y que, si no los cuidamos, los podemos perder», apuntan los autores.
Y concluyen: «Como dice Katy Pallàs no tenemos que convencer a los convencidos, sino a quien no está convencido todavía».
El documental ha ganado el premio del público en el festival FIMMER de Manzanares el Real (Madrid) y ha sido seleccionado en festivales nacionales y del Reino Unido y Estados Unidos.