El alcalde Rubén Viñuales (PSC) lo tiene claro: no quiere repetir una negociación larga, eterna y extenuante para aprobar las cuentas municipales del 2024. Después de un primer proceso con nervios, volantazos y sin un rumbo estable para sellar con Junts y ECP el pacto fiscal del próximo año –con la subida del 7,4% del IBi, del 12% de la basura, del 20% de las terrazas y del 33% del ICIO para generar 6,4 millones de euros–, ahora el gobierno municipal apuesta por la celeridad para cerrar este mismo mes sus primeros números al frente de la administración de la Plaça de la Font.
De hecho, el ejecutivo socialista ya ha mantenido tres reuniones con En Comú Podem, avanza con Junts per Catalunya y hasta negocia con Esquerra para acelerar el contenido de las previsiones económicas. ¿El objetivo? Será difícil, pero el reto que se plantea en estos momentos el núcleo duro de Alcaldía es llevar la votación de las cuentas al Saló de Plens en menos de dos semanas: el 29 ó el 30 de noviembre, para que puedan entrar en vigor el 1 de enero. ¿Misión imposible?
¿Como Málaga o Bilbao?
Durante los últimos días, el eje central del gobierno ha intensificado la solicitud de información a todos los departamentos, con la idea de tener definido un primer esbozo del presupuesto para final de esta semana e iniciar a la siguiente los contactos con las formaciones políticas, ya con números reales sobre la mesa.
Esta semana, el alcalde Viñuales ha expuesto en Tarragona Ràdio la filosofía de unas cuentas que, de entrada, contemplan una reducción del 5%. «Queremos que sea un presupuesto transformador y de ciudad, que vaya más allá de las formaciones políticas como en su día hicieron ciudades como Bilbao o Málaga», indica el primer edil municipal, quien reconoce que, en esta fase inicial de las conversaciones, ha notado «más predisposición» por parte de los partidos de la oposición. «Afrontamos la negociación sin apriorismos», detalló.
Concreciones con ECP
Hasta la fecha, el PSC ya ha llegado a varios acuerdos con el principal socio del pacto de los tributos: En Comú Podem. Según indica el portavoz progresista, Jordi Collado, ambas partes coinciden en destinar «entre un millón y un millón de euros» para adquirir vivienda mediante la fórmula del tanteo y retracto para destinarla a pisos sociales. Asimismo, PSC y ECP impulsan una «reordenación» de los más de 50 millones «dormidos» en inversiones no ejecutadas, y quieren poner las bases para dejar la OMAC de la Rambla Nova para estudiar su traslado a la Tabacalera a final de este mandato.
El otro socio de las cuentas, Junts per Catalunya, también perfila su posicionamiento inicial. «Al igual que con las ordenanzas, negociaremos hasta el último minuto», indica el portavoz, Jordi Sendra, quien señala que «una condición imprescindible para iniciar la negociación era que el querido Mossèn Fort fuera Fill Predilecte. Nos lo han aceptado, por lo que continuaremos trabajando», detalla el edil soberanista, a la vez que añade que «el gobierno tendrá que aceptar nuestras propuestas y programa si quiere nuestro voto, que no lo tiene garantizado».
Contrariamente a las ordenanzas, quien se abre ahora a negociar con los socialistas es el PP. Esto sí, la portavoz conservadora, Maria Mercè Martorell, exige que –para abordar los números– primero «deben reducirse partidas que están sobredimensionadas», así como «amortizar puestos de trabajo no ocupados». Asimismo, el PP pide que este viernes se aprueben «y se apliquen» dos mociones que presentan los populares. La primera, para ampliar el servicio de socorrismo hasta el 15 de octubre y las 20.30 horas, así como instalar un alumbrado navideño «más moderno y de calidad»... ¿al estilo de Vigo?
La subasta de las cuentas empieza, pues, a calentar motores. ¿Se repetirá la vía de los tributos o habrá sorpresa? A las puertas de la encendida de luces del próximo viernes, el escaparate de la Plaça de la Font ya está listo para el pacto del Black Friday.