Dicen que es importante mirar al pasado para construir el futuro. Consciente de ello, el gobierno municipal del PSC tiene muy presente la crisis que se vivió en el anterior mandato municipal, cuando Esquerra dio el paso para intentar un gobierno gamma extra de 14 concejales que va fer llenya antes de empezar.
La situación actual guarda notables paralelismos con la de entonces. En junio de 2021, el alcalde Pau Ricomà (ERC) dio un volantazo para ampliar el gabinete de la Plaça de la Font, que hasta ese momento llevaba dos años con un ejecutivo en minoría de 9 ediles (7 de Esquerra y dos de ECP). En sus dos primeros ejercicios, ERC y En Comú Podem lograron los votos de Junts per Tarragona y CUP para aprobar los presupuestos de 2020 y 2021, garantizando un equilibrio inestable que otorgaba la mayoría al bloque «del cambio» tras 12 años del gobierno Ballesteros (PSC).
Sin embargo, justo en el ecuador de la legislatura, el principal partido del gobierno de la Plaça de la Font decidió tirar millas y firmar un pacto de gobierno con JxTGN y cupaires sin el aval de ECP. El objetivo estaba claro: presionar a los progresistas para que se quedaran en un gobierno con mayoría absoluta de 14 ediles para no situarse, contrariamente, en el bloque de socialistas, PP y Cs.
¿Cuál fue el resultado de la Operación 14? Que al final Carla Aguilar (ECP) abandonó el gobierno, Hermán Pinedo se quedó como no adscrito y el ejecutivo se amplió... pero a 13, sin mayoría en el Saló de Plens.
2022: sin cuentas ni Consells
¿Qué significó esto? Pues que el principal proyecto electoral de ERC, los Consells de Districte, descarriló. Además, el gabinete de Ricomà no pudo aprobar el presupuesto del 2022, por lo que por primera vez desde la restauración de la democracia el Ayuntamiento de Tarragona se vio obligado a prorrogar las cuentas porque no hubo acuerdo con el exsocio de gobierno.
Ahora, el PSC está en una situación similar a la de ERC entre 2019 y 2021. Tiene un gobierno de 9 y cuenta con apoyos externos que, de momento, le han permitido aprobar su primer presupuesto, esto sí, con la mirada puesta a medio plazo en proyectos como el avance del Pla de Mobilitat o el POUM. «No ampliaremos el gobierno para perder la estabilidad», indica la portavoz socialista, Sandra Ramos, anunciando lo que es un secreto a voces: Viñuales no hará un Ricomà con Junts o ECP para dinamitar la paz actual. Puede haber, pues, gobierno de 9 para rato. Como mínimo, hasta después de las elecciones autonómicas del 2025. O 14 o nada.