El gobierno municipal del alcalde Rubén Viñuales (PSC) tiene muy clara la pieza del dominó que debe desencallar para llevar la negociación de las ordenanzas y del presupuesto del 2025 hacia el ‘sí’: En Comú Podem. Así, mientras que con Junts per Catalunya y los no adscritos, los socialistas de momento solo han mantenido una primera reunión de posicionamiento global, y con ERC no tendrán un primer contacto hasta la próxima semana, la comisión negociadora formada por la edil Isabel Mascaró y el asesor Pau Pérez mantuvo ayer una segunda toma de contacto con Jordi Collado (Comuns). El objetivo es poder llevar a votación las previsiones de este año en el pleno ordinario de mediados de octubre. ¿Misión imposible?
Según las fuentes consultadas, en este segundo round con ECP la formación progresista insistió principalmente en dos cuestiones antes de entrar al detalle de los números del 2025, que se espera que sean de continuidad a la espera de la aportación del Estado.
Por un parte, los Comuns quieren garantizar «un alto cumplimiento» de más del 80% del acuerdo de hace un año para los tributos y las cuentas. Pasados casi 12 meses, hay cuestiones como la transformación de la Empresa Municipal de Desenvolupament Econòmic en una firma energética que no se ha cumplido. A la vez, esperan concreciones sobre los 700.000 euros acordados para un plan de accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas. Estos son puntos que preocupan a ECP, que también espera avances en el Pla de Mobilitat o la concreción de las ayudas a las familias vulnerables.
Los Comuns exigen hechos y no palabras en las próximas semanas, así como que el gobierno del PSC «aísle de las negociaciones a los dos concejales tránsfugas ex de Vox», ya que si el ejecutivo de Viñuales sigue conversando con Javier Gómez y Jaime Duque, ECP «se levantará de la mesa». Primer aviso de cara a una Santa Tecla que se espera de alto voltaje, en el ámbito político.
