Ayer terminaba en la ciudad un proceso de preinscripción más movido de lo habitual con padres de alumnos que comenzaban tanto en la escuela como en el instituto, quejándose de no haber obtenido plaza en el centro deseado.
Por la mañana se publicaba la lista definitiva de las plazas asignadas y el caso más llamativo era el de una veintena de familias que no ha obtenido plaza en ninguna de las escuelas a las que optaba; lo que en algunos casos les impedirá ir caminando al colegio. Sus hijos comenzarán I3 (antes P3) el curso que viene.
Una representación de estas familias se reunió ayer con el concejal de educación del Ayuntamiento de Tarragona, Berni Álvarez. y con técnicos del Institut Municipal d’Educació para hacerles llegar su malestar
Marta Ribas, una de las madres afectadas, (su hijo no salió en ninguna de las cinco escuelas a las que lo apuntó) explicaba que les atendieron con mucha empatía, aunque los niños acabarán, con bastante probabilidad, estudiando en un centro que no era de los elegidos. En este sentido las familias han propuesto que se haga más acompañamiento y se ofrezca más información para que los años que vienen otras familias «no pasen la misma angustia que nosotros hemos pasado».
La asignación definitiva de las plazas, no obstante, corresponde al Departament d’Educació de la Generalitat. En este sentido, desde la inspección educativa también han comenzado a reunirse individualmente con las familias que lo han pedido. El caso de Tarragona no es exclusivo, sino que se ha reproducido en otras zonas de Catalunya como en Barcelona.
Las familias que no obtuvieron plaza en las escuelas elegidas tuvieron oportunidad de elegir entre otra lista de centros donde sí quedaban plazas y, en caso de no haber elegido, se les asignó una plaza de oficio. Las que no estén de acuerdo tienen tres días para presentar reclamación.
Pese a todo, las familias que no han obtenido plaza en los centros elegidos quedan en lista de espera en los centros que pidieron.
Este año se da la circunstancia de que hay escuelas de la ciudad donde la demanda estuvo muy por encima de la oferta, como en el caso de la Escuela PAX donde quedaron 37 alumnos en lista de espera, casi tantos como para llenar dos clases de I3 (donde los grupos son de 20 niños). También tuvieron una amplia lista de espera el Cèsar August o la Escuela Tarragona, entre otras. A esto hay que sumar se ha afinado en la detección de los alumnos con necesidades educativas especiales, lo que se ha traducido en una reserva de plazas sin precedentes para este alumnado.
Siguiente paso: la matrícula
Lo que no deben perder de vista las familias es el hecho de que la matrícula será del 18 al 26 de junio y deben hacerla tanto las que están como las que no están de acuerdo con la asignación porque sino perderán la plaza. Aunque se haga la matrícula, la familia seguirá en el lugar que le corresponde en la lista de espera y se le avisará si se libera una plaza.
En lo que se refiere a quienes comienzan primero de la ESO, finalmente los alumnos de las escuelas PAX y Pràctiques sí podrán estudiar en el Institut Tarragona, uno de los centros que tenían adscrito y donde se cerrará una línea el curso que viene. La solución que se ha conseguido, tal como explicaba el conseller-delegat d l’Àrea d’Ensenyament del Consell Comarcal del Tarragonès, Jordi Collado, que ha intervenido en las gestiones, ha sido ampliar las plazas ordinarias. Hace unas semanas las familias se habían manifestado delante del Departament d’Educació.