La convocatoria de la decimonovena edición de los premios del Consell Social de la URV a las mejores ideas emprendedoras se ha resuelto con la ayuda de 4.000 euros a tres proyectos con un vermut sostenible y saludable, un videojuego educativo y una boya ecológica como protagonistas. Con estos premios, el Consell impulsa las propuestas de emprendimiento más innovadoras creadas por los estudiantes de grado, máster y doctorado.
Las ayudas no solo ofrecen apoyo económico, sino que también buscan fomentar la creación de empresas y el desarrollo de proyectos innovadores entre los estudiantes de la URV. Los seleccionados recibirán acompañamiento técnico para mejorar sus ideas y convertirlas en iniciativas que puedan tener un recorrido comercial.
El primero de los proyectos galardonados es Physics Stars, de Joan Roset y David Diestre. Consta de una plataforma que «pretende despertar las pasiones de los jóvenes por el conocimiento» y fomentar el espíritu crítico. La iniciativa, que combina los ámbitos de los videojuegos y del conocimiento, tiene como objetivo mostrar que el mundo de la ciencia es tan fascinante como muchas veces se imagina, y que «el saber va mucho más allá de memorizar y puede ser realmente divertido».
Otros ganadores
El proyecto Vermut Spritz de Reus, de Raquel Mestre i Roger Juanpere, apuesta por la mejora del vermut tipo spritz para hacerlo más saludable y sostenible. Consiste en introducir en el mercado español un vermut spritz en formado lata, elaborado con ingredientes naturales y sin azúcares añadidos, que «proporciona una opción saludable y conveniente para consumidores que buscan nuevas experiencias en bebidas alcohólicas». Se ha buscado promover la identidad del territorio posicionando el vermut de Reus y conseguir una estabilidad en el mercado en su cuarto año como empresa.
Por último, la Boya Undimotriz Universal, de Valeria Lizet Landa, Karla Andreina Vergel y Juan Felipe Gil, es una solución ecológica para el sector marítimo que consta de una boya fabricada con materiales reciclados que aprovecha la energía de las olas para generar electricidad y que contribuye, por lo tanto, a reducir las emisiones de dióxido de carbono del transporte marítimo. El impacto de la iniciativa reside en una reducción de costes para las empresas de transporte marítimo y pesca y que puedan mejorar su reputación ambiental con boyas interconexionadas.
