«Lope de Vega habría utilizado recursos musicales actuales para llegar a más gente ya que su máxima era que el teatro fuera un espectáculo para todo tipo de público», explica Rosanna Gavaldà, directora del grupo Arts Escèniques del INS Pons d’Icart de Tarragona y profesora en el centro. Eso es justamente lo que ha hecho la compañía, que mañana representará la comedia La dama boba a ritmo de hip hop, danza y rap sin que por ello la pieza pierda su esencia. Será en el Metropol (21 horas), en el marco de la Mostra Jove y en el Teatre el Magatzem, el día 30 de mayo (17 horas).
Estos actores y actrices que cursan el bachillerato de artes escénicas, música y danza proponen al espectador un viaje desde el barroco del siglo XVII hasta la actualidad. Un recorrido en verso y castellano antiguo, el del dramaturgo del Siglo de Oro español, eso sí, un tanto modernizado, entre baile urbano del siglo XXI.
El planteamiento lleva implícita, además, una visión feminista. «Se ve muy claro el papel que tenía la mujer en aquella época, dominada o bien por el padre o por el marido», comentan los integrantes del grupo. Así las cosas, en esta ocasión Octavio, el cabeza de familia, será una mujer. «Es monoparental. El padre no sale por ninguna parte y todos los problemas los tiene la madre». En este sentido, no encuentran paralelismos con la actualidad, aunque coinciden en que «todavía quedan muchas cosas por cambiar» y en que «la idea del feminismo es más potente en el primer mundo. No así en el tercero».
Barroco, castellano antiguo, versos, neoplatonismo... Antes de las sesiones de ensayo, los estudiantes se imbuyen de toda una época a través de trabajos y exposiciones. «Durante el primer trimestre hicimos historia del teatro y clases prácticas de interpretación para después lanzarnos a la obra», revela Rosanna.
Han trabajado a partir de una adaptación del clásico que corre por internet, a cargo de Jorge Fullana. El resultado final es totalmente novedoso, con el que garantizan que el espectador pasará un buen rato. «Hemos hecho crítica de una manera divertida», apuntan los alumnos. Entre ellos hay actrices, bailarinas y músicos por lo que si se les pregunta por el momento mágico del escenario responden «el feedback del público. Los aplausos y cómo responden a los personajes».
Desde que se inició la Mostra, el pasado día ocho, la siguen con interés porque consideran que «es importante nutrirse de otras personas que también hacen teatro». Rosanna puntualiza que «nos apuntamos para darles a los estudiantes esta plataforma de teatro real. Se podría hacer de puertas adentro, pero así es más ambicioso, existe la posibilidad de que pisen un teatro de verdad y de que tengan un público más allá de las familias y amigos. Una proyección en la ciudad, aunque sean alumnos de un instituto».
Y para el final... El fin de fiesta tan característico de las obras del teatro barroco, «que se resolvían en la última escena, rápidamente y de manera bastante artificiosa porque todos quedan contentos», comenta Rosanna. Que en el caso de mañana en el Metropol será... Una sorpresa.
¿Nervios? Pocos. Lo que hay son muchas ganas de vivir esos instantes entre bastidores, de salir al escenario, de llevar al auditorio por donde ellos y ellas quieren. Porque a sus ojos el actor de teatro «tiene mucho mérito, incluso más que el de cine. Tiene un poder increíble. Sabes que dirás una frase y se reirán». Y mañana se reirán. Palabra de Lope.