Un largo camino en furgoneta que parte desde el 'Diari' hasta Polonia

La solidaridad viaja en un recorrido con destino a las fronteras de Polonia para poder aportar comida, calidez, entretenimiento, apoyo y esperanza a las familias que huyen de Ucrania

10 marzo 2022 19:00 | Actualizado a 11 marzo 2022 06:44
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El dolor, la incertidumbre y el miedo de los ucranianos no han dejado indiferente al mundo. La empatía, la solidaridad y la impotencia han provocado una inmensa movilización de ayuda humanitaria para los refugiados que huyen del horror, dejando atrás a sus familias y sus hogares. Por este motivo, la sede central del Diari de Tarragona se ha convertido en un centro de acopio para recoger las donaciones que van llegando a lo largo del día.

En la recepción del periódico, Montse y Teresa reciben a los ciudadanos afablemente. Gracias a estos encuentros, han podido conocer historias conmovedoras, como la de una joven polaca que junto a su pareja están sufriendo el dolor de sus familiares, quienes viven en el norte de Polonia y, aunque ahí no exista una situación de conflicto, perciben de cerca el sufrimiento y la desesperación de los refugiados ucranianos. También hay tarraconenses que han decidido que llevarán al Diari semanalmente productos de primera necesidad como pañales, protectores íntimos o medicación. «El coste de la vida está aumentando desorbitadamente, pero es una responsabilidad colectiva ayudar siempre que se pueda, aunque sea mínimamente», comenta Mónica, una ciudadana que aporta su grano de arena en distintos puntos de recogida en Tarragona.

De hecho, tres chicas vinieron con un paquete lleno de medicación con el ticket, donde se podía apreciar una cantidad notable y la buena condición de los fármacos. Otro caso es que debido al cierre de una tienda especializada en ropa y accesorios infantiles, la propietaria decidió donar sacos de dormir, sábanas, colchones de cuna y mochilas.

Emoción y asombro

Desde el Diari existe cierta sensación de asombro y emoción al observar la dedicación y solidaridad de la sociedad, de ver que es un acto frecuente entre los ciudadanos, puesto que hay muchas personas, sobre todo de la tercera edad, que llenan carros enteros en el supermercado para llevarlos al periódico e incluso algunas de ellas optan por hacer encargos semanales desde el mismo centro comercial. «No hace falta conocer a nadie de Ucrania para querer ayudar en la causa», dice Roser, una exprofesora que ha tenido alumnos ucranianos a lo largo de su carrera, que ha venido a donar dos veces y tiene pensado seguir haciéndolo. Su voz y su rostro muestran la preocupación e indignación ante la injusticia, «es una bestialidad lo que está sucediendo», protesta.

La concienciación social parte de la educación en valores y es por eso que muchas madres colaboran con sus hijos para que vean de más cerca los sucesos, involucrándose en la causa y aportando ropa, juguetes o alimentos para poder explicarles de forma sencilla, pero realista, la situación actual.

Furgonetas en marcha

La segunda furgoneta del día con los artículos donados sale del Diari de Tarragona y llega a las instalaciones de Ukraine Express, situadas en el Polígono de Riu Clar. Aun siendo un espacio de almacenamiento amplio, las donaciones que van llegando ya han ocupado prácticamente todo el almacén, gestionado por Volodymyr Poplavsky. Lo más destacable del lugar no es la multitud de material y alimentos que hay, sino los voluntarios y su dinámica de trabajo. Unos rostros serios, un ambiente silencioso y una sensación de concentración absoluta.

En la entrada hay una mesa donde clasifican en distintas cajas el tipo de fármacos y utensilios sanitarios. «Intentamos que los voluntarios que llegan se centren en un solo sector, para no tener que estar enseñando el funcionamiento repetidamente», cuenta Poplavsky. La eficiencia y agilidad son elementos claves para obtener una buena clasificación de las donaciones y poder facilitar la entrega a Polonia. En otras cajas hay ropa y accesorios, colchones infantiles, edredones, sillas para bebés, palets llenos de botellas de agua, bolsas de comida de larga duración, gominolas y también muchos juguetes.

Los voluntarios clasifican la ropa infantil según el género y la edad, no por tallas. «Intentamos tener una estrategia logística, pero la mayor parte del tiempo nos toca improvisar», explica Volodymyr mientras llega al final del local y abre la puerta trasera para acceder al siguiente almacén.

TNS Tarragona

Debido al colapso de las donaciones de ropa, la empresa de servicios logísticos de TNS Tarragona, distribuido por Xavi Nogues, ha cedido a Ukraine Express un espacio para poder guardar donaciones que, aunque no tengan como destino principal Polonia, serán repartidas por los centros de acogida donde se encuentren los refugiados. «Estoy seguro de que dentro de poco empezarán a llegar, sobre todo mujeres y niños, por eso es incluso más prioritario donar alimentos que ropa», sugiere Volodymyr.

Operación salida

Después de clasificar, empaquetar y sellar las cajas es hora de empezar un largo y difícil trayecto hacia las fronteras de Polonia. Dos transportistas de la empresa emprenden un viaje que les ocupará 44 horas llenas de concentración y ciertos obstáculos en algunas carreteras que se encuentran cortadas o en mal estado.

Por la gravedad del conflicto, no es fácil encontrar a conductores que quieran emprender este largo viaje, ya que el miedo, las responsabilidades familiares y la incertidumbre de no saber qué les espera al llegar dificultan la búsqueda de estos profesionales. «Son transportistas dedicados e involucrados totalmente con Ucrania», su labor es digna de admirar. Una vez lleguen al país, podrán descansar en un hotel y, por último, entregar el material a entidades polacas que serán las encargadas de repartir proporcionalmente las donaciones. Volverán hasta las naves de Tarragona para repetir el mismo procedimiento.

Lo cierto es que el ser humano tiene la capacidad de enfocarse más en los sucesos negativos que de ver el lado positivo y generoso de la sociedad. Cualquier guerra o injusticia social destaca por la crueldad, el temor, la tristeza, la enfermedad, la muerte y la destrucción. No obstante, actos como la recogida de alimentos y productos de primera necesidad muestran la cara bondadosa de la realidad a través de distintas reacciones de la ciudadanía, mostrando su empatía, comprensión, solidaridad y respeto. Lo que le suceda al pueblo ucraniano es una responsabilidad mundial.

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