El Juzgado de Instrucción número 1 de Reus ha abierto diligencias de investigación por la detención que los Mossos d’Esquadra realizaron el 14 de diciembre de 2021 contra el pistolero Eugen Marin Sabau, quien pocas horas antes había disparado a tres excompañeros de trabajo de la empresa Securitas en la Plaça del Prim de Tarragona.
Según ha podido saber el Diari, el paso dado el pasado mes de octubre por el juez Adriano Muñoz Olmos llega tras una querella criminal presentada por la hermana del exvigilante de seguridad, Eugenia Ciocan, quien precisamente hoy ratificará el requerimiento en el juzgado de la capital del Baix Camp.
En la denuncia, la familia de Marin Sabau –eutanasiado el 23 de agosto de 2022– apunta a la cúpula del cuerpo autonómico de seguridad, al entender que el operativo ejecutado tanto en la rotonda de Maspujols como en el entorno de una masía de Riudoms para reducir y arrestar a Eugen fue «desproporcionado», resultando «gravemente herido» con un resultado de «tetraplejia».
El auto de incoación del magistrado, firmado el pasado 4 de octubre, detalla que el juez ya ha solicitado el informe forense de la muerte del exvigilante, así como el expediente administrativo de la Comissió de Garantia i Avaluació de Catalunya. Paralelamente, también anuncia que investiga a 16 agentes: pide la declaración en calidad de denunciados de 15 policías que participaron en el operativo, así como la del Cap de l’Àrea d’Investigació, el inspector Francesc Moragues, como testigo. Asimismo, el juez quiere escuchar a dos doctores del Hospital de Bellvitge, así como a otros dos de la Vall d’Hebron.
El juez cita al Cap de l’Àrea d’Investigació y a médicos de Bellvitge y de la Vall d’Hebron
Este periódico ha intentado conocer el posicionamiento de la Conselleria de l’Interior de la Generalitat de Catalunya, que ha rechazado la posibilidad de realizar declaraciones públicas sobre «un proceso judicial abierto», por lo que desde el Govern se prefiere permanecer «a la espera» de conocer su «desarrollo».
«¿Quién dio la orden?»
El 14 de diciembre de 2021, tras disparar a las once de la mañana contra tres excompañeros de trabajo «por problemas laborales» –según afirma la querella–, Sabau cogió su coche Citroen Xiara en dirección al Baix Camp. A las 13.16 horas fue parado por tres agentes de los Mossos en una rotonda de la T-704, a la altura de Maspujols. Allí hubo un intercambio de disparos que hirió a un mosso. Entonces, Marin huyó hacia una masía de Riudoms. En ese punto, en un descampado con un muro, a las 16.26 horas se inició el operativo del cuerpo de seguridad autonómico, primero liderado por el equipo negociador y, posteriormente, por el Grup Especial d’Intervenció (GEI), que acabó abatió a Marin Sabau.
«El objetivo es esclarecer qué es lo que pasó durante el operativo. Faltó proporcionalidad»
Gerard Amigó
Abogado de Eugenia Ciocan
En la querella, a la que ha tenido acceso el Diari, se indica que la hermana de Eugen «no habría denunciado» si su familiar «hubiese sido herido en una pierna o en una mano». Sin embargo, en el documento critica falta de «proporcionalidad», lo que derivó en una «lesión medular severa», así como la «amputación de una pierna» porque en su interior «estaba llena de metralla», lo que le produjo «una fascitis necrosante» que fue imposible tratarle en el Hospital de Bellvitge.
Eugenia Ciocan expone en la querella que todo este operativo puede comportar «indicios de criminalidad», y denuncia que en las declaraciones de los mossos «nadie pudo aportar quién dio las órdenes de disparar», lamentando que se realizaran disparos «sin intentar dialogar antes ni usar la megafonía» con su hermano. Asimismo, critica las «declaraciones caóticas» de los agentes ante el juez, que «no pueden explicar de manera concisa» el operativo. También se pregunta por qué «desapareció el chaleco y la ropa» de Eugen, así como la «falta de imágenes» y del «informe de balística».
El abogado de la familia, Gerard Amigó, asegura que el objetivo es «esclarecer qué es lo que pasó en el operativo». Por ello, pide depurar las responsabilidades «que sean necesarias» en una persecución en la que hubo «más de 80 disparos», lo que evidenciaría una «clara falta de proporcionalidad».