Es el oro verde de los bosques de Tarragona. O el ‘otro oro verde’, después de la marihuana. El expolio de lentisco va en auge en la provincia mientras que la Generalitat de Catalunya elabora una nueva normativa para regular su recolección y comercialización, precisamente para evitar que grupos de ‘trabajadores’, la mayoría vulnerables y con pocos recursos, accedan ilegalmente a terrenos privados para llevarse la planta y comercializarla posteriormente, ya que esta tiene usos ornamentales, ecológicos y cosméticos. Principalmente, se exporta a países europeos, sobre todo a los Países Bajos.
Una de las claves yace en el hecho de que acceder a los terrenos en los que se encuentra esta planta es relativamente fácil. Eso propicia la extracción ilegal por parte de personas explotadas de un perfil específico: «Normalmente, suelen ser inmigrantes que aún no tienen papeles», indica el subinspector de los Agents Rurals adscrito al área de Tarragona, Toni Mestres. A estas personas las contratan intermediarios que reciben el producto en almacenes y lo comercializan por la Europa Central, debido a su uso como planta ornamental.
¿Cómo se articula todo?
Los ladrones forman parte de grupos organizados que acceden al ecosistema rural en camiones o furgonetas –se intervino una hace escasos veinte días en Gandesa con nueve personas dentro– que muchas veces superan en más de un 50% la capacidad del vehículo y que, además, circulan sin haber pasado la ITV y sin ningún tipo de medidas de seguridad. Al llegar, proceden a la recolección ilegal del material con el que después se trafica.
¿Por qué tan cotizada?
A la hora de analizar los motivos que hacen de esta planta, Mestres explica que su hoja es perenne, lo que permite su aprovechamiento durante todo el año: «Sus hojas permanecen verdes mucho tiempo después de ser cortadas, lo que la hace muy apreciada en el sector ornamental, especialmente en la confección de ramos y coronas funerarias. También tiene aplicaciones cosméticas y ecológicas, aunque su principal uso es ornamental», comenta el subinspector.
«Estas personas, por cuestiones culturales o de necesidad, a veces encienden fuego en el bosque para calentarse o cocinar, lo que puede causar incendios forestales», Toni Mestres, subinspector de los Agents Rurals de Tarragona
La planta es una especie característica del clima mediterráneo y está presente en toda la demarcación, en todas las comarcas. En palabras de Mestres, «se reciben incidencias en varias zonas porque los propietarios ven que hay terceros que se lucran con los recursos de sus terrenos. En algunos casos, esto puede causar daños importantes, aunque en general la planta tiene capacidad de regenerarse. No se arranca de raíz, por lo que puede volver a brotar».
Los efectos colaterales
Agents Rurals y cuerpos policiales como los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil se encargan de investigar esta actividad, que tiene varias implicaciones que van más allá de la simple extracción de la planta: «Estas personas, por cuestiones culturales o de necesidad, a veces encienden fuego en el bosque para calentarse o cocinar, lo que puede causar incendios forestales», destaca Mestres, quien añade que «también interfieren con la actividad cinegética: cuando hay batidas de caza, algunos recolectores furtivos se esconden, y en ocasiones los perros de caza los detectan, lo que puede generar situaciones peligrosas».
Muchas de las denuncias provienen de la colaboración ciudadana –llamadas al 112–, a pesar de que también las identifican las patrullas de vigilancia: «También realizamos actuaciones de prevención y, cuando hay incidencias, intervenimos. Sin embargo, sin una normativa que nos respalde, nuestra capacidad de actuación es limitada», explica el subinspector Mestres.
A largo plazo, el expolio del lentisco también puede suponer una desertificación del suelo, ya que esta planta posee una capacidad de regenerar terrenos degradados. Su robo provoca que el suelo fértil pueda perder su potencial de producción. Además, en estos espacios también anidan aves.
«Sin una normativa que nos respalde, nuestra capacidad de actuación es limitada», Toni Mestres, subinspector de los Agents Rurals de Tarragona
La nueva regulación que se prepara
La Generalitat está preparando una nueva normativa para regular la recolección y la comercialización del lentisco. Se ha realizado una consulta previa con un proceso participativo. «Para que se acabe aprobando la norma, debe haber voluntad política», comenta Mestres.
«Se trata de una actividad económica que, al no estar regulada, carece de trazabilidad», manifiesta Mestres, quien también comenta que «como no existe una regulación específica sobre la extracción del lentisco, no se puede hablar de una actividad ilegal en sí misma».
El subdirector añade que «solo sería ilegal si se realiza dentro de un espacio natural protegido, donde sí hay normativas que lo prohiben, o en montes públicos que requieren autorización. En terrenos privados, como no hay regulación, cualquiera puede aprovecharse de estos recursos, como sucede con la recolección de setas».
Actualmente, la única vía para actuar es la judicial, ya que no hay una normativa administrativa. Esto dificulta la persecución de estas prácticas porque es necesario demostrar que ha habido un hurto. Algo similar ocurre con el robo de algarrobas o aceitunas: ante un juez, hay que demostrar que la propiedad estaba señalizada y que la recolección no estaba permitida. Una regulación facilitaría las sanciones y agilizaría el control.