Unas 300 personas se manifestaron ayer por el centro de la ciudad pidiendo una sanidad pública de calidad. La protesta, liderada por el Grup de Treball en Defensa de la Sanitat Pública a Tarragona, tenía como objetivo mostrar su disconformidad con la situación actual que se vive, sobre todo, en los centros de atención primaria. «Exigimos que nuestro médico o enfermera de referencia nos atienda de manera presencial en menos de 48 horas», decía ayer, minutos antes de empezar la manifestación, Silvia Labodia Llop, portavoz de la plataforma.
Bajo los lemas «Salvemos la primaria», «No al nuevo sistema telemático» y «Si nos roban la sanidad, nos recortan la vida», la manifestación acogió tanto personal sanitario como usuarios de los CAP. «La gente está enfadada, preocupada y asustada. Entendimos que no nos atendieran por la Covid, pero la cosa ya se ha normalizado y siguen sin visitarnos», explica Jordi Pàmies, un manifestante, quien aseguraba que «sabemos que hay pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes o colesterol, que hace dos años que nadie les ve en directo. Digan lo que digan, no es normal».
Otra manifestante, Alba Borrell, aseguraba que «entendemos que hay trámites, como las recetas electrónicas, las bajas y altas laborales o los informes médicos, que pueden hacerse de forma telemática. Pero hay cosas que no».
La plataforma también reivindica que se aumente el personal en los CAP y en los hospitales. «Cuando se lo dijimos al conseller Argimon, nos dijo que no encontraban profesionales», explica Labodia, quien añade que «no encuentran médicos y enfermeras porque las condiciones laborales que les ofrecen son penosas. Muchos de ellos optan por irse a otros países donde sí les valoran».
Tensión con la gerente
Para el Grup de Treball en Defensa de la Sanitat Pública, la jornada de ayer empezaba con un encontronazo con la gerente de la Regió Sanitària del Camp de Tarragona, Dolça Cortasa. La plataforma había quedado con la responsable de Salut para hacerle entrega de más de 4.500 firmas de usuarios, que pedían ser atendidos presencialmente en sus CAP. Se trata de una campaña que ha llevado a cabo la plataforma a lo largo del último año.
Cortasa aceptó que dos representantes de la entidad subieran a su despacho para tener una pequeña reunión y recibir así las signaturas. Finalmente, la plataforma prefirió que fueran las asociaciones de vecinos quienes le entregaran las firmas a las puertas de la sede de Salut, en la avenida Maria Cristina.
Con todo este lío, el encuentro entre ambas partes no se celebró, aunque la plataforma sí que consiguió registrar las firmas. «Nosotros ya estamos cansados de hablar y de reuniones. Queremos que se pongan las pilas y que nos den soluciones. Ya no nos conformamos con las migajas, ya queremos el pan entero», decía Labodia.