«Si queremos acabar con la violencia de género también tenemos que trabajar con la parte actora», explican convencidos Sergio Navarro y Nicolás Barnes. Ambos son expertos en psicología forense y están a cargo del recién creado Servei d’Atenciò a Homes, SAH, que funciona en la antigua Facultat de Lletres. Se trata de un dispositivo puesto en marcha recientemente por el Ayuntamiento de Tarragona con el apoyo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y que ya está preparado para recibir a sus primeros usuarios.
Al nuevo servicio, explican los psicólogos, solo se accede de manera voluntaria porque está destinado a hombres y jóvenes que reconocen que tienen un comportamiento abusivo o violento en sus relaciones y quieren cambiar la situación. No se trata, en principio, de un sitio donde acudan los que han sido denunciados o condenados por violencia machista, porque para esos casos ya hay otro tipo de recursos. «Aunque nosotros no dejaremos evaluar a cualquier hombre que acuda al servicio», señalan.
La intención es trabajar cuando la violencia machista no está cronificada y todavía es de baja intensidad. «Los estudios demuestran que mientras más pronto se interviene hay mejores resultados. En los jóvenes, por ejemplo, tenemos un porcentaje bajo de reincidencia», dice Barnes. Tanto él como Navarro pertenecen al grupo Acció Tres y tienen una amplia experiencia trabajando con hombres que ejercen violencia.
De los CAP a los institutos
Montse García Biosca, responsable del departamento de Políticas de Igualdad en el Ayuntamiento de Tarragona, explica que el nuevo servicio, que es gratuito para los usuarios, se integra dentro del circuito de atención a la violencia de género que tiene la ciudad.
Actualmente, señala Biosca, se está presentando el dispositivo a diferentes servicios que podrían detectar a posibles candidatos. Para ello lo están dando a conocer a los equipos de servicios sociales y a la red sanitaria de la ciudad como los CAP, hospitales y centros de salud mental, así como la universidad y los institutos.
Las empresas y organizaciones, además, pueden plantearse derivar hacia este servicio a sus empleados cuando se activan sus protocolos de acoso sexual.
Los psicólogos hacen especial hincapié en la necesidad de que el servicio se conozca en los centros educativos puesto que en muchos casos de acoso escolar hay violencia de género detrás. Es por ello que, además, la intención es realizar con los más jóvenes charlas y talleres.
En este sentido, la consellera de Feminismes, LGTBIQ+ y Salut Pública, Cinta Pastó, señala que «se tiene que trabajar para cambiar la forma de ser hombre entre la población joven, puesto que la masculinidad tradicional tiene varios problemas: no se ajusta a la realidad, conduce a identidades insanas y frena el desarrollo de la igualdad... Para prevenir la violencia machista se tiene que promover el compromiso personal y social de los hombres en la construcción de una sociedad más justa y equitativa para todos».
Se trata, en todo caso, de un servicio abierto, al que puede acudir cualquier hombre que lo desee, aunque en el caso de los menores de edad deben contar con el consentimiento familiar.
Biosca insiste, eso sí, en que se trata de un servicio al que se acude de manera voluntaria porque su intención es especialmente preventiva. En este sentido, recuerda que los hombres que ejercen violencia contra las mujeres suelen repetir los mismos patrones a lo largo de su vida, por lo que acciones como esta ayudarían a interrumpir el círculo. Es clave, además, porque algunos son o serán padres y cambiar su forma de relacionarse también es crucial. De esta manera, dice, aumenta el nivel de protección de las víctimas directas e indirectas.
Para poner en marcha el servicio se contó con la experiencia de otros como el SAH de Barcelona, que funciona desde 2005. Además existen experiencias similares al menos en Valencia, el País Vasco y Andalucía.
En el servicio se hará tanto atención individual como sesiones colectivas, aunque el punto de partida es que los hombres reconozcan tener un problema. Les preguntamos si de verdad conocen a hombres que hayan dado el paso y responden que «sí, los hay que lo reconocen y si les ayudas pueden cambiar... Muchos no han sabido o no han podido pedir ayuda y para algunos es la primera vez que alguien les pregunta cómo están», señalan.
Reconocer el problema
Pero, ¿cómo saber que se ejerce violencia, que se está en una relación abusiva? Ambos reconocen que no es fácil. Un ejemplo de actitudes que deberían encender la alarma es cuando el hombre intenta controlar a su pareja, revisa su móvil...
Navarro aclara que es un trabajo «complejo y lento», pero cuando se consiguen resultados es muy gratificante. Además de obtener herramientas para gestionar sus conflictos de una manera alternativa a la violencia. «Los hombres por fin se sienten tranquilos, descubren que hay otras formas de ser hombre diferentes de la hegemónica».
El nuevo servicio será presentado hoy a las diez de la mañana en el marco de las jornadas ‘Tarragona feminista: en construcció’, organizada por el Ayuntamiento de Tarragona en el marco de las actividades por el Día contra la violencia de género.