«Tarragona es una ciudad aburrida en la que nunca se hace nada». ¿Cuántas veces hemos escuchado este mantra? Quizás ha llegado el momento de desacomplejarse y, aunque una flor no fa estiu, una prueba del dinamismo que está recuperando la ciudad ha llegado este fin de semana, en el que el buen tiempo ha sido la guinda del pastel para que los tarraconenses tomaran la calle y disfrutaran de aquellos placeres que durante más de dos años se han visto limitados a causa de la pandemia.
No ha sido fortuito. La clave, la amplia y variada cantidad de actividades que se habían programada para estos días. Al inicio del festival Tarraco Viva, hay que sumarle la Dixie, las actividades de la concejalía de Comerç, los Tres Tombs y la Nit dels Museus, entre muchos otros. Tan solo durante el día de ayer la web TGN Agenda tenía diecisiete actividades previstas, la misma cifra que para el día de hoy. Un dato que es orientativo, ya que no se incluyen todos los actos, pero que pone de manifiesto el dinamismo cultural y comercial de la ciudad, con una amplia participación de las entidades.
Esta gran afluencia de visitantes hace que incluso sea difícil conseguir una mesa en un restaurante. «Lo importante es que haya gente en la calle y esto es buenísimo para los restauradores», asegura Javier Escribano, presidente de la Associació d’Hostaleria de Tarragona Ciutat. Este afirma que «si vas sin reserva es complicado» encontrar un sitio. De hecho, esta es una situación que se ha repetido algunos domingos durante los últimos fines de semana. «Estamos diciendo que no a veinte o treinta personas. Es exagerado», añade.
La situación hace que las expectativas de cara al verano ahora mismo sean «buenísimas». «Incluso nos están llamando agencias como locas buscando restaurantes para excursiones para mesas de cincuenta personas, cosas que antes no pasaban», afirma este representante de los restauradores.
La ocupación hotelera se ha situado «alrededor del 100%», según el presidente de la Associació Hotelera de Tarragona Ciutat, Xavier Jornet. En parte ha sido por la celebración del Concurso Nacional de Danza (CND), organizado por la Associació Espanyola de Professionals Titulats de Dansa, que se ha celebrado en el Palau de Congressos y que ha atraído a entre 800 y 900 participantes de los diferentes puntos del Estado y de países como Bélgica y Francia.
«Hay movimiento y supongo que es la suma de diferentes cosas: hay diferentes eventos, el buen tiempo acompaña y la gente tiene muchas ganas de salir», añade Jornet. Tradicionalmente el segundo fin de semana de Tarraco Viva es el más importante, en cuanto a la afluencia de visitantes. Este año serán tres domingos, por lo que se espera poder cerrar este mes de mayo con unas buenas cifras de ocupación, que consoliden la buena dinámica que ya se registró en Semana Santa. «Cuando se hacen cosas que afectan a unos cuantos se generan vasos comunicantes, ahora tan solo faltaría que se aborde la gestión patrimonial, porque esto sería un punto muy importante», añade.
Por su parte, los campings sitúan sobre el 70% el nivel de ocupación que están registrando durante los fines de semana de esta segunda quincena de mayo. El buen tiempo juega a favor de un sector que representa el 70% de las plazas de alojamiento de la ciudad. Asimismo, este colectivo colabora un año más con el festival Tarraco Viva, poniendo a disposición sus instalaciones para los actores y personal técnico, lo que representa unas 500 pernoctaciones. «Pensamos que es un festival interesante y tenemos vocación de poder participar en los eventos y lo que sucede en la ciudad», afirma el presidente de la Associació de Càmpings de Tarragona Ciutat, Agustí Peyra.
El bullicio empezó desde primera hora de la mañana y sorprendía tanto a los tarraconenses como a aquellos que estos días están en la ciudad. «¿Pero es alguna fiesta mayor o algo especial hoy en Tarragona?», se preguntaba ayer Marisol, recién llegada de Murcia, quien visitaba por primera vez la ciudad. La duda de esta turista definía a la perfección el ambiente que se vivía en las calles y plazas de Tarragona. Marisol, acompañada de un grupo del Imserso, contemplaba anonada su entorno. «Es alucinante. Hemos salido de la Catedral y nos hemos encontrado con una exhibición de danza. Ahora, vemos un grupo de jazz y gente bailando a su alrededor. Y para acabar, unos caballos y carruajes paseando al ritmo de tambores por la Rambla. ¿Eso es así cada sábado?», se preguntaba. El camarero de un bar de la calle Fortuny les respondía: «No, señora. Lo de este fin de semana es excepcional».
Vuelve la normalidad
La calle demostraba ayer que la normalidad ha vuelto y que Tarragona está de moda. Y lo más curioso de todo: las actividades se repartieron por distintos puntos de la ciudad. Desde la Plaça del Fòrum, pasando por la Rambla Nova y Corsini, y acabando en la Plaça dels Carros y Torreforta. La mayoría de los actos fueron impulsados por la concejalía de Comerç del Ayuntamiento de Tarragona, quien se puso entre ceja y ceja dar el empujón necesario al tejido comercial de la ciudad, después de dos años de pandemia.
De la música y del baile se encargaron las dos bandas Stromboli Jazz Band y la Wild Cherries Dixie, que fueron acompañadas durante toda la mañana por bailarines espontáneos de swing. Cada uno de los conjuntos salió de un punto distinto y recorrieron la ciudad hasta encontrarse en la Plaça dels Carros. La actividad itinerante arrastró a mucha gente. Raül Cid, trombón, voz y alma de Stromboli Jazz Band, aseguraba que «es genial poder hacer cosas así. Lo importante es que no se quede en un solo día, sino que las administraciones sigan apostando por la cultura y la música viva en la calle, todos los meses del año. Que no sea una anécdota lo de hoy».
En la Plaça dels Carros les esperaba el Mercat de la Pagesia, que se celebra allí cada sábado por la mañana. «No sé cuánto hacía que no trabajábamos tanto. Tenemos la terraza llena de gente», explicaba Daniela Rodríguez, encargada del bar Taranta de la Plaça dels Carros, quien celebraba que «por fin se aproveche este rincón tan bonito de nuestra ciudad». Los productores que montan parada en el mercado también se mostraban satisfechos con la iniciativa. «Lo que nos interesa es que se hagan actividades para llamar a la gente hasta aquí abajo», decía Pau García, un productor.
Por su parte, la presidenta de la Associació de Veïns del Barri del Port, Carmen Puig, aseguraba que la Plaça dels Carros debe convertirse en un punto caliente del ocio y de la actividad de la ciudad. «Sabemos que cuesta cambiar los hábitos y las costumbres de la ciudadanía. Pero, poco a poco, tenemos que conseguir que vean la Part Baixa como el centro», añadía Puig. A tres calles de la Plaça dels Carros, en Corsini, el ambiente también era insólito. La mañana empezó con las actividades de la Festa del Comerç Just, que daba paso a la previa de los Tres Tombs de hoy. Pocos minutos antes de las doce del mediodía, entraban a plaza una pequeña representación de caballos y carruajes, acompañados de una banda de tambores. A eso, hay que sumarle la gente que salía del Mercat Central y la que estaba tomando algo en las terrazas de Corsini. No se cabía. Ambiente inmejorable. El mismo que se respiraba en Torreforta, con el cuentacuentos, o por la tarde en el Parc Central, con la amenización musical de la Bandarra Street Orkestra, celebrando los 25 años de la llegada del centro comercial.
Plaça del Fòrum
Música, vino y gastronomía es la oferta que presentaba la Plaça del Fòrum a partir de la tarde, donde se celebraba el Fòrum Vinarium Primavera, organizado por la Bodega Gerard, que llegó a la plaza en marzo del año pasado. «La idea es trasladar a pie de calle lo que nos apasiona, que es la cultura del vino, porque ahora la gente sabe más y tiene ganas de probar», decía Georgina Fa Padrell. Conversaciones alrededor de una mesa y en la mano una copa de vino es el ambiente que rodeaba a Paola, Paula y Helena, tres estudiantes de doctorado de Extremadura, Murcia y Argentina. «Hacía tiempo que no se veía la ciudad así de animada y ahora, sin las mascarillas, la gente todavía tiene más ganas de salir y de disfrutar, lo veo de otra manera. Necesitábamos relacionarnos», coincidían. Hoy, segunda jornada de Vinarium y música con los Tocabemolls y la violoncelista Astrid.