Una década después, el Ayuntamiento de Tarragona vuelve a fijarse en el Roqueral para convertirlo en un parking municipal. Tras un primer intento fallido en 2011, ahora el consistorio quiere volver a negociar con el Arquebisbat para poder usar los 4.000 metros cuadrados del recinto, donde se calcula que se podría dar cabida a unos 200 vehículos.
Hace 13 años, el gobierno municipal liderado entonces por Josep Fèlix Ballesteros (PSC) ya abrió negociaciones con el arzobispado, que es el titular del emplazamiento. Pese a ello, la oposición de las familias de los alumnos del Col·legi Sant Pau Apòstol –que reunieron más de 170 firmas contra la propuesta– fue clave para que las conversaciones acabaran sin acuerdo.
2024: ¿Cambio de escenario?
Ahora, trece años después –con Rubén Viñuales (PSC) al frente de la nave de la Plaça de la Font– el Ayuntamiento vuelve a la carga. ¿Qué ha cambiado respecto al 2011? Fuentes municipales se muestran optimistas con la suerte que pueda tener ahora el diálogo, toda vez que el arzobispado tiene previsto que el edificio del Seminari se convierta en un centro residencial con capacidad para 96 personas. Este hecho podría allanar unas conversaciones que el Arquebisbat asegura que no se han iniciado. El proyecto se ejecutará de la mano del Grupo Mimara mediante un acuerdo de alquiler para los próximos treinta años.
De hecho, el pleno municipal del pasado viernes aprobó provisionalmente el plan especial para ampliar los usos de la finca, que mantendrá la biblioteca y los estudios de teología.
El horizonte: la peatonalización
La hoja de ruta del gabinete municipal para mejorar la movilidad y el estacionamiento de la Part Alta está clara: parking Torroja ampliado, Jaume I y Roqueral.
Por lo que se refiere al primer espacio, la ampliación mediante 1,8 millones de los fondos Next Generation permitieron doblar su capacidad con 140 coches añadidos, pasando de 185 a 325 vehículos. La idea es que el uso del recinto sea principalmente para turistas y visitantes.
La segunda pata debe ser la apertura del Jaume I como parking convencional –previsto para más allá del 2027– para destinarlo a los vecinos de la Part Alta, mientras que la tercera ficha del dominó se espera que sea el Roqueral. Todo ello debe abrir la lata para impulsar la gran asignatura pendiente: la peatonalización de la zona histórica de la ciudad. ¿Realidad o ficción?