Para un plan perfecto de domingo no puede faltar una buena jornada de juegos de mesa, y esto es lo que se dio a gran escala ayer en el Palau Firal i de Congressos. El recinto acogió la que fue la tercera edición de ‘TGN Juga’, una iniciativa creada por el Institut Municipal d’Educació de Tarragona (IMET) en coorganización con l’Associació TGN Juga.
En el segundo y último día de la edición, había un buen nivel de asistencia en el Palau. Según comentó Jan Gonzalo, miembro de la asociación, este año el nivel de afluencia superó las expectativas: «Estamos muy contentos porque en la jornada del sábado hubo más de 1.300 personas a última hora. Hemos pasado de un pequeño recinto de 200 personas a esto. La verdad es que estamos muy orgullosos».
Niños y niñas de distintas edades frecuentaban el recinto, listos para demostrar sus habilidades. Aunque también había una elevada presencia de jóvenes, cuyas edades oscilaban entre los 17 y 25 años. Uno de ellos era Dorian, que se encontraba jugando tranquilamente contra dos oponentes en una partida al Warhammer, un juego de rol y estrategia. El joven comentaba todo lo relacionado con la partida: «Realmente es como una historia que contar. Hay muchos personajes. Es como una escala de grises entre la luz y la oscuridad de Tolkien. Existen gnomos, magos o brujos, y cada uno de ellos tiene un poder distinto», explicaba mientras se concentraba en su turno.
La velada comenzó puntual a las diez de la mañana con un torneo de Altered, un juego de exploración que permite a sus jugadores tomar distintas opciones. Mientras esta larga partida seguía su transcurso, otras actividades se estaban llevando a cabo. Por ejemplo, los niños y niñas que lo prefirieron pudieron participar en un taller de pintura de figuras, o incluso en un recorrido misterioso con cajas y distintas opciones a elegir. Tampoco faltó la presencia de juegos más clásicos como el Parchís o el Monopoly, ambos para jugar en el suelo con dados gigantes.
A medida que transcurría la mañana, más asistentes iban entrando al Palau, la mayoría de ellos provenientes de toda la provincia. Y cuando habían pasado casi dos horas, un ambiente familiar y competitivo llenaba por completo el lugar. La imagen resultaba divertida: decenas de mesas colocadas con un tablero encima y un mínimo de cuatro personas a su alrededor.
Entre los asistentes allí presentes se encontraba Gemma, que asistió con su marido e hijo para pasar la mañana con un plan dominical distinto: «Está muy bien organizado. Nosotros hemos venido para hacer algo distinto a lo de siempre», comentaba.
El evento finalizó a las 14h, con sus asistentes satisfechos.