Las comarcas tarraconenses están cumpliendo ampliamente con el compromiso de la transición energética, al menos en lo que atañe a la eólica y a pesar de todo el retraso que arrastra Catalunya en cuanto al despliegue de renovables. El Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre acumulan el 64% de todos los molinos eólicos catalanes (521 de 811) que están actualmente en servicio. El Baix Ebre, con 159, y la Terra Alta, con 148, son las comarcas que más tienen, con diferencia. La provincia de Girona no tiene ninguno.
De los 71 parques en funcionamiento en Catalunya, 42 están en la provincia. Es casi un 60%, prácticamente la misma proporción si se analiza la energía generada: 723 de los 1.271 MW puestos en liza proceden de estos parques, todo ello según los datos del Departament d’Acció Climàtica.
La propia conselleria se muestra satisfecha por la contribución del sur de Catalunya a esa transición que discurre especialmente lenta en Catalunya por más de una década de retraso. «Encontrar el equilibrio territorial es imposible, sobre todo en cuanto a la eólica», indica Jaume Morron, gerente de EolicCat, asociación que agrupa a la mayoría de empresas vinculadas al sector eólico que operan en Catalunya.
En ello puede influir la mayor o menor oposición de los territorios pero también las condiciones. «En cuanto a la fotovoltaica todo está más compensado, porque el sol da más o menos igual en todos los lugares, aunque también acaba influyendo la disponibilidad del suelo», indica Morron.
El avance tecnológico, clave
Más complicado es con la eólica, pero hay matices. «El viento está donde está, aunque ahora se está ampliando la dispersión de los proyectos eólicos porque hay mejoras tecnológicas que permiten construir torres más altas y palas más alargadas y eso hace que ahora sea posible poner un aerogenerador en un sitio donde antes no lo era», cuenta Morron. El resultado es que hay enclaves más aptos por su situación y características a aportar más pero los avances deben provocar una mayor equidad territorial. «En el Alt Empordà hay lugares susceptibles de contribuir más», subraya Jaume Morron.
Lo cierto es que también dentro de la propia provincia los repartos no son iguales. El 63% de los molinos de la provincia están en las Terres de l’Ebre. El Tarragonès y el Baix Penedès, primera y tercera comarca más pobladas de la provincia, no tienen ningún molino de viento en servicio.
¿Molinos frente a la costa?
Lo mismo puede suceder con la eólica marina, una tecnología que se está planificando en las costas de Girona –sin ningún aerogenerador en su superficie terrestre–, y que podría ser viable aquí en un futuro. «Ahora mismo en las Terres de l’Ebre, por las condiciones del viento, sí que sería posible la instalación de molinos en el litoral, pero es en una porción muy pequeña. En Tarragona no hay ahora mismo ninguna posibilidad pero podría haberla en el futuro», cuenta Morron.
Pero más importante que lo que ya se halla en marcha es lo que está por venir y ahí la provincia también se perfila como un lugar atractivo. El 45% de los aerogenedores de Catalunya que se encuentran en tramitación (63 de 139) están en Tarragona. Eso sí, son tantos como solo los que se planifican en la Segarra (Lleida), una comarca en gran auge. La mitad de los parques eólicos que se tramitan están también en las comarcas tarraconenses (15 de 30).
El Perelló, Tivissa o Vilalba dels Arcs acogen algunas de estas propuestas, de dimensiones más reducidas, y gestionadas por la Generalitat; el Ministerio para la Transición Ecológica hace lo propio con los parques mayores, los de más de 50 MW, que en este caso están proyectados en lugares como Santa Coloma de Queralt, Flix, Ascó, Conesa o Vinebre.
Más allá de esos datos del Departament, el escenario va a cambiar en breve. Hay al menos cuatro parques eólicos en construcción, en el Baix Ebre, la Terra Alta y Garrigues, que se pondrán en marcha antes de que acabe el año. Son previos a la entrada en vigor del decreto de 2019 que aceleraba la implantación de renovables. Fueron autorizados hacia 2010. No eran factibles sin primas y ahora la mejora tecnológica sí permite que sean rentables y hayan salido adelante. También otro en el Coll de la Teixeta, entre el Priorat y el Baix Camp, debe comenzar a trabajar en 2023 y podría ampliar en 100 MW la potencia eólica de Catalunya.
Potencia eólica ebrense
Otras estadísticas muestran que la provincia seguirá siendo muy relevante para la transición energética frente a otros territorios. En cuanto a la capacidad eólica en cartera pendiente del trámite de información pública, Lleida aglutina el 46% de la potencia, por delante de las Terres de l’Ebre, con un 17%. En Tarragona la cifra es del 3% y en Barcelona del 1%.
Catalunya ha pasado de una parálisis total a un avance juzgado como insuficiente. Ahora se ha cumplido un año del nuevo decreto del Govern. Desde entonces, no se ha aprobado ni un solo nuevo parque eólico, no solo en Tarragona sino en toda Catalunya. Eso sí, la patronal eólica celebra el desbloqueo que ya empezó con el Decreto ley 16/2019, de noviembre de 2019, que «hizo recuperar el interés de los inversores por Catalunya y que fue muy importante para ponernos en el mapa».
El sector pide menos burocracia y mayor agilidad administrativa. «Los avances son una buena noticia, pero tendríamos que ir más deprisa. Por poner un ejemplo, la última planta autorizada ha tardado 711 días en tener los permisos. Y eso que el Departament ha dicho que como era un proyecto pequeño no necesitaba el estudio de impacto ambiental. Estamos en la última década que tenemos para reaccionar y para no depender de otros. Además, las renovables son un vehículo para reducir la inflación», apunta Jaume Morron.
El Departament admite los retrasos, sobre todo por la herencia de un decenio de estancamiento, trabaja para aligerar tramitaciones y saca pecho en el balance del año del último decreto. Recuerda que en los próximos meses se pondrán en servicio cuatro parques eólicos, que suman 101,29MW, después de que en los últimos diez años solo se hubiera activado un aerogenerador. A su vez, el Govern reivindica que hay en Catalunya 1.830 MW en proceso de información pública, ante los 60 MW de antes de la entrada en vigor del Decreto Ley 24/2021 o los 30 MW del inicio de la legislatura.
Pese a los progresos, son cifras todavía insuficientes. Catalunya deberá sextuplicar la producción en ocho años para llegar al objetivo del 50% verde en 2030. «Es muy grande el trabajo que tenemos por delante pero creemos que la voluntad política está», reconoce Antoni Cavallé, presidente del Grup Anatrac i Inersis y CEO de Aplicaciones de la Industria Renovable SA y Ponentia Energia.
Todos los agentes tienen claro el camino y la alternativa, desde la Generalitat hasta el propio sector. «O hacemos la transición nosotros o nos la harán, desde Aragón o desde Europa», augura Marc Segura, coordinador de la Comissió d’Energia de la Cambra de Comerç de Reus y CEO del grupo Solcam Energia.
Los mayores parques solares, en la Conca de Barberà
El 30% de la energía fotovoltaica que se encuentra actualmente en tramitación en Catalunya está localizada en Tarragona, según el Departament. Aunque la Generalitat tiene en trámite 116 proyectos, 36 de ellos en las comarcas tarraconenses, destacan sobre todo las propuestas de mayores dimensiones, las que dependen del Ministerio de Transición Ecológica. Los principales parques de toda Catalunya que están en ese punto del proceso están planificados en la Conca de Barberà. Son cinco y sumarían 368 hectáreas y 173 MW de potencia en las poblaciones de L’Espluga de Francolí, Passanant i Belltall, Vallfogona de Riucorb, Montblanc y Vimbodí i Poblet.
El Baix Ebre y la Terra Alta, líderes de Catalunya
La mayor parte de los molinos eólicos de la provincia están en el Ebre, en concreto en el Baix Ebre y la Terra Alta, las comarcas líderes en implantación de toda Catalunya. Siete de las diez comarcas tarraconenses tienen parques actualmente en funcionamiento, con la excepción del Tarragonès, el Baix Penedès y el Montsià. Comarcas como Conca de Barberà o Segarra (Lleida) verán aumentar las cifras en el futuro.