Ayer por la mañana habían llegado a la ciudad unas 100 personas huyendo del conflicto de Ucrania. Una cincuentena se aloja en plazas hoteleras y el resto, en casas de familias; las primeras podrían seguir hacia otros destinos y las segundas ya se han empadronado en la ciudad. Se espera, no obstante, que en los próximos días el ritmo de llegadas se acelere.
Esta previsión es uno de los motivos que han llevado a poner en marcha, a partir del próximo lunes, el Punt d’Informació Municipal d’Asil i Refugi, PIMAR, que funcionará todas las mañanas de 9 a 14 horas en la propia sede del Ayuntamiento, en la Plaça de la Font.
Ya se había hecho una prueba piloto del servicio, que cuenta con el financiamiento de la Unión Europea, entre noviembre y diciembre del año pasado. Entonces se atendió, en colaboración con Creu Roja, a 79 personas. Ahora la crisis humanitaria de la guerra en Ucrania ha impulsado su puesta en marcha.
Ciudad multicultural
Este servicio es un ejemplo de las iniciativas que ha puesto en marcha la conselleria de Nova Ciutadania, instaurada hace casi tres años y de la cual la concejal a cargo, Paula Varas, hizo ayer balance.
Uno de los aspectos que Varas quiso destacar es el hecho de que Tarragona es una ciudad multicultural. De hecho, según los datos del padrón municipal, un 22% de las personas que viven en la ciudad es de origen extranjero y «tenemos que trabajar todas las políticas públicas en consonancia con esta realidad».
Los datos de la inmigración en la ciudad demuestran, además, que se trata de una población mayoritariamente joven y distribuida de manera desigual por la ciudad. La zona con mayor porcentaje de personas inmigrantes es la Part Alta y Llevant, la que menos.
Por nacionalidades, la más numerosa, por mucho, es la marroquí. Siguen en número las personas procedentes de Colombia, Rumanía, China, Italia y Venezuela.
Primera acogida
Varas explica que uno de los ejes de trabajo que se ha fijado la conselleria desde su creación es la acogida, que se realiza a través de la Unitat Tècnica d’Inmigració (UTIC), adscrita a Serveis Socials y que desde octubre del año pasado depende de Nova Ciutadania.
En esta unidad se realiza el servicio de primera acogida, que busca proporcionar autonomía a las personas que han llegado recientemente a la ciudad. Además de ayuda en la tramitación de documentos si fuera necesario, se trabaja en ofrecer información sobre el entorno, desde cursos de catalán y castellano hasta talleres para explicar la cultura y características del mercado laboral. El año pasado atendieron a 538 personas (la demanda creció un 160% respecto al año anterior). Realizaron 25 sesiones de acogida en las que participaron 121 personas.
Taula intercultural
Otra de las prioridades de la conselleria ha sido dar voz y visibilidad a las entidades. Para ello se puso en marcha la Taula Intercultural, en la cual participan 52 entidades de personas procedentes de distintas nacionalidades que viven en la ciudad.
Yassin Boulahtit, miembro de la mesa, destacaba que es la primera vez que en la ciudad se pone en marcha un organismo de participación de este tipo. Varas agregó que la mesa ha sido además un impulso para la participación, ya que desde su puesta en marcha hay siete entidades nuevas y cuatro que se han reactivado.
Un ejemplo de las actividades organizadas por la Taula Intercultural es la Noche de las Religiones, en colaboración con la Generalitat, que contó con la participación de 900 personas. Durante unos días se podían visitar centros de culto y conocer las peculiaridades de distintas confesiones. «Entender el contexto ayuda a evitar las fobias», recalcaba.
De escuchar la opinión de los participantes también han surgido otras iniciativas, como la Taula lingüística, con el objetivo de difundir y facilitar el acceso a los cursos existentes en todas las instituciones de enseñanza del catalán para personas que quieren aprender el idioma. Así se ha facilitado el acceso a cursos a 83 personas y se han realizado dos cursos en horarios nocturno.
Finalmente Varas destacó que la intención es trabajar junto a todos los departamentos del Ayuntamiento y puso el ejemplo del programa realizado con Tarragona Impulsa para emplear a personas que necesitan regularizar su situación.