El Port de Tarragona prevé lograr 236.000 cruceristas en 2033, el doble de los pasajeros que recibe actualmente el Moll de Balears. Al final de esta temporada, por las instalaciones portuarias habrán pasado 110.000 personas en las 55 escalas programadas.
La responsable comercial de Global Puerts Holding, Alba Colet, lo ha apuntado en la segunda ‘Jornada de sostenibilitat i cura mediambiental en creuers i nàutica esportiva’, celebrada este martes al Teatret del Serrallo.
También ha indicado que los visitantes se gastan unos 18 euros de media y ha destacado que la llegada de las navieras tendrá este año un impacto económico de 16 millones de euros en el territorio. Colet confía en que estas cifras aumenten hasta los 43 millones en la próxima década.
El puerto de Tarragona prevé cerrar esta temporada de cruceros con unos 110.000 pasajeros, de los que 89.000 serán de tráfico y 21.000 lo elegirán como puerto base. La previsión de Global Ports Holdings, la empresa encargada de la operativa, es alcanzar los 236.000 cruceristas en diez años.
«Ganar con operativas con pasajeros de embarque y desembarco, con visitantes que lleguen dos o tres días antes y seguir creciendo con cruceristas de tráfico que son los que nos visitan la ciudad y el territorio», ha afirmado Colet.
De hecho, la responsable comercial ha explicado que quieren complementar las operativas de tráfico con las de embarque y desembarco para contribuir a la diversificación de la economía en la demarcación. Sin embargo, remarcó que no quieren «eliminar» los cruceros de tráfico. «El pasajero de tráfico siempre lo querremos porque es un prescriptor, también futuro, de la marca Tarragona y todo su conjunto, tenemos escaleras que vienen de Barcelona, las cuales buscan un puerto diferente, con una importante oferta turística y cultural, encajamos muy bien», ha comentado.
Impacto económico
En cuanto al impacto económico, ha destacado que los cruceros tienen impacto en varios sectores desde el turístico al comercial, como en las empresas de mantenimiento, entre otros.
El año pasado, se cifró en casi 11 millones de euros y el gasto medio por persona fue de 18 euros. En detalle, el 77% del gasto se destinó al transporte –9,1 millones de euros–, el 46,8% a compras –13,5 millones de euros– mientras que el impacto en los equipamientos culturales va de 5,8 millones, según datos de Eurecat.
En el caso del sector de la restauración, calculan que se cifró en 17,5 millones de euros. «Un 35% de los pasajeros se quedan, pese a que tienen las comidas pagadas en los cruceros», ha señalado Colet en su intervención realizada en la jornada. En este sentido, ha subrayado que es errónea la percepción de que los cruceristas «sólo suben y bajan» de los barcos y que no gastan en los establecimientos de la ciudad.
En paralelo, aseguró que Tarragona está a «años luz» de la situación de Barcelona y que en ningún caso se puede hablar de «congestión». «Cuando llega un crucero se nota porque hay más movimiento en la ciudad, el ejercicio es cómo organizar el flujo de pasajeros, no es ni una situación de alarma, crítica ni los 365 días del año», ha defendido.
Cruceros, a largo plazo
En la segunda jornada sobre el Impacto económico-social y economía azul en el ámbito de los cruceros y la náutica, han participado expertos y representantes de las empresas del sector, los cuales han debatido y reflexionado sobre los retos socioeconómicos y medioambientales de esta industria a través de diferentes ponencias y mesas redondas.
Entre ellos, ha intervenido el delegado comercial en Catalunya de Mundomar Cruceros, José Luis Gómez, quien ha considerado que se debe cambiar la manera de percibir a los cruceristas. Opina que deben verse como una oportunidad a medio y largo plazo ya que, dice, muchos de ellos pueden regresar de vacaciones a la ciudad después de la escala.
«Si cuidamos a los cruceristas, les atendemos en el puerto, les damos un mapa y les mostramos todo lo que pueden ver y no lo consiguen en una visita, muy probablemente querrán volver, nos gastamos mucho dinero en ferias y cuando los tenemos aquí no los aprovechamos», ha argumentado.
En el encuentro, también ha participado el director general de MSC Cruceros y Explora Journeys, Fernando Pacheco, quien ha detallado algunas de las acciones para ser más sostenibles y ha explicado que la compañía tiene embarcaciones propulsadas por gas natural licuado. «Este combustible es el combustible fósil menos contaminante que existe, reduciendo en un 25 por ciento la emisión de CO2 a la atmósfera», ha dicho. Asimismo, aseguró que la industria de cruceros es una de las «menos contaminantes y más avanzada» medioambientalmente. Sostiene que el sector genera «solo el 4% de las emisiones de CO2».
La compañía ha programado 28 escalas el próximo año en el puerto tarraconense, aunque las embarcaciones que harán escala no están propulsadas por gas natural licuado. «Son barcos más modernos, con tecnología que permite reducir casi el 100% de las emisiones finas y también con tecnología para abastecernos de agua, no consumiríamos de Tarragona», ha zanjado.
Nueva terminal
Además, Colet ha explicado que las obras de la nueva terminal están «bastante avanzadas» y prevé que los módulos que se están fabricando en Almería lleguen al Moll de Balears a finales de año. Según la responsable comercial, el objetivo es que los trabajos estén terminados a finales de abril y que en mayo ya puedan recibir a los pasajeros en el nuevo equipamiento.