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Tarragona: los rostros de la guerra

Crónicas pelacanyes. El libro ‘Tarragona, revolució i guerra’ , de Jordi Piqué, rescata interesantes imágenes de la ciudad y sus habitantes durante la contienda

05 abril 2024 07:00 | Actualizado a 05 mayo 2024 07:00
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Milicianos armados posando orgullosos en la Rambla Nova junto al alcalde poco antes de marchar al frente al comienzo de la Guerra Civil. Un piloto recién aterrizado en el aeródromo de La Pineda en pantalón corto como si fuera a disfrutar de un día de playa.

Un grupo de niños, a punto de irse de colonias con rostros paradójicamente serios, como si adivinaran que un golpe de estado les obligaría a regresar precipitadamente a casa. Espectadores de un partido amistoso disputado en el campo del Nàstic en beneficio de las víctimas de los bombardeos...

Son algunos de los muchos rostros de los y las tarraconenses que el historiador Jordi Piqué rescata en su nuevo libro: Tarragona, revolució i guerra.

Con 160 imágenes, entre fotografías, mapas e ilustraciones, el exresponsable del Arxiu Municipal de Tarragona recorre la vida de la ciudad: el estallido de la Guerra Civil, el ambiente revolucionario, la vida del día a día a nivel social, económico y deportivo, el horror los bombardeos franquistas y la derrota final de la democracia.

$!Milicianos de ERC, con el alcalde Joaquim Fort (en el centro, sin armas), antes de marchar al frente el 25 de agosto de 1936. Foto: Vallvé/Centre d’Imatges de Tarragona / L’Arxiu

Entre las más de 130 fotos, la mayoría de ellas del Fondo Vallvé del Arxiu Municipal, cuatro son especialmente emotivas. Dos de ellas retratan a los niños refugiados de Madrid que huían del asedio franquista a la capital española. Su odisea recuerda a la de los pequeños que tuvieron que huir hace tan solo dos años de sus hogares en Ucrania por la locura de otro dictador. En 1936 la de Franco. En 2022, la de Putin.

Como explica Piqué en su libro, el 6 de octubre de 1936 llegó a Tarragona un prime grupo compuesto por 200 niños, seis maestros y personal auxiliar. Estuvieron cuatro días alojados en el convento de Estanislau Figueres hasta que fueron trasladados al preventorio de la Savinosa.

Otra de las imágenes capta a esos mismos niños jugando en el patio del antiguo sanatorio antituberculoso. Eran unos momentos de alegría en medio de la angustia por haberse separado de sus familias y estar exiliados en una ciudad desconocida a 550 kilómetros de sus casas. En las instalaciones de la Savinosa llegaron a alojarse 89 niñas, 210 niños, dos profesores, cinco maestras y dos auxiliares, enumera Jordi Piqué.

La abuela que se reconoció

La cuarta foto especialmente significativa es la de un grupo de niños y niñas ante un autobús situado en la Rambla Nova, justo enfrente de Casa Cuadras. En un primer momento Piqué pensaba que también eran niños madrileños refugiados. Y así constaba en el pie de la foto que se expuso en el Arxiu hace unos años. Pero no.

«Estaba en mi despacho del Arxiu cuando me avisaron de que una señora mayor quería hablar conmigo. Debía tener unos 85 ó 90 años. Había ido a ver la exposición con sus nietos. Señaló la foto y me explicó que no eran niños refugiados de Madrid sino un grupo de niños y niñas tarraconenses. Se había reconocido a ella misma y a sus amigos en la foto», recuerda Piqué.

La foto en cuestión era de un grupo que iba a tomar el autobús para irse de colonias a La Seu d’Urgell. Tuvieron que volver precipitadamente a casa el 19 de julio de 1936 tras el golpe de estado franquista. La abuela que se reconoció es la niña que lleva un sombrerito en las manos (la cuarta por la derecha en primera fila).

El resto de las fotos también permite imaginar la vida en aquellos convulsos años. Por ejemplo, la de un grupo de tarraconenses en la tribuna del antiguo campo del Nàstic. Era el 23 de mayo de 1937. Se enfrentaban el Casal d’Esports de Tarragona y el Reus Deportiu. El partido era amistoso y la recaudación se destinó a las víctimas de los brutales bombardeos franquistas sobre Tarragona.

Un extenso capítulo del libro analiza los efectos de la guerra. Son descorazonadoras las imágenes de los edificios destrozados por los aviones de la Legión Cóndor nazi y la Aviación Legionaria de la Italia fascista. Si las fotos fueran en color, podrían pasar por las de la destrucción rusa en Ucrania o de Israel en la franja de Gaza.

230 muertos en los bombardeos

Entre el 17 de junio de 1937 y el 15 de enero de 1939, fecha en que las tropas rebeldes entraron en la ciudad, la ciudad sufrió, cifra Piqué, 144 ataques de aviación. Las 3.800 bombas que llovieron sobre Tarragona causaron 230 muertos (166 hombres y 54 mujeres) y derrumbaron completamente 74 edificios y parcialmente otros 522.

La solidaridad de los tarraconenses no solo se destinaba a las familias de los vecinos fallecidos por los ataques aéreos, también a Madrid. Otra de las imágenes recoge los participantes en una tómbola benéfica a comienzos del verano de 1937 para recaudar fondos para los sufridos madrileños.

$!Partido en beneficio de las víctimas de los bombardeos, celebrado en el antiguo campo del Nàstic el 23 de mayo de 1937. Foto: Vallvé/Centre d’Imatges de Tarragona / L’Arxiu

Piqué: «La fuerza simbólica que tendrá la resistencia de Madrid servirá para impulsar la solidaridad de las poblaciones de la retaguardia más alejadas de los frentes de combate. Pasados los primeros momentos de agitación revolucionaria, y paralelamente a los procesión de reorganización de la retaguardia, las campañas para recaudar dinero, alimentos y ropa estarán presentes constantemente en la vida cotidiana».

No es la primera obra de Piqué basada sobre todo en fotos. En colaboración con Blanca Gas elaboró Tarragona, la Segona República y Tarragona desapareguda. Pero la obra cumbre del historiador, según explica él mismo, es La crisi de la reraguarda. Revolució i Guerra Civil a Tarragona (1936-1939), basada en la tesis doctoral del propio Piqué sobre la Guerra Civil en la comarca del Tarragonès y editada por Publicacions de l’Abadia de Montserrat.

El objetivo de Jordi Piqué con su último libro era escribir «no un libro de investigación, sino de divulgación a través de la imagen. Intento captar de una manera amena el interés de mucha gente que inicialmente no está interesada en la historia y que, gracias a este libro, pueda animarse a leer otros libros de historia».

Las fotos de este libro y muchas otras pueden consultarse en el Arxiu Municipal situado en la Tabacalera. Piqué se jubiló como responsable del Arxiu el año pasado. Al frente queda, como resume el propio Piqué, «un equipo humano ilusionado y muy competente» con Joaquim Nolla a la cabeza.

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