El Hospital Joan XXIII de Tarragona abre la puerta al proyecto nacional de investigación Cassandra (Cancer Screening, Smoking Cessation And Respiratory Assessment).
Es una iniciativa liderada y promovida por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) en coordinación con el resto de Sociedades Científicas (SSCC). Se trata de un programa piloto que busca establecer la viabilidad del cribado poblacional del cáncer de pulmón.
La iniciativa se anunció a nivel estatal hace un año y medio y, por cuestiones burocráticas, todavía no había podido implantarse en Tarragona.
Según aseguró al Diari recientemente el coordinador del proyecto y jefe clínico del Servicio de Cirugia Toràcica del Hospital de Sant Pau y del Hospital del Mar, el doctor Juan Carlos Trujillo, hace unas semanas les llegó una notificación verbal de uno de los entes que debe aprobar el proyecto que decía que, de momento y hasta nueva orden, el centro no podría entrar a formar parte de la iniciativa por falta de medios humanos y materiales.
«El proyecto sigue el procedimiento reglamentario», Joan Vendrell, director del IISPV
No obstante, tal y como indican al Diari fuentes del personal investigador y del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), la institución responsable de la gestión de la investigación del Joan XXIII, algunos cambios internos durante las últimas semanas pueden haber posibilitado que la iniciativa avance con una mayor rapidez.
Según ha podido saber este rotativo, ha habido modificaciones en alguna jefatura de servicio que intervenía en el estudio y por eso se ha demorado todo. Pese a que los trámites hayan tardado más de lo que es deseable por esos cambios, la idea es que Cassandra acabe materializándose en Tarragona.
El jefe de servicio de Cirugia Toràcica del Joan XXIII, Pau Rodríguez, explica que «es cierto que, alrededor de noviembre, hubo algún pequeño obstáculo por diferentes actores y cambios políticos dentro del hospital, pero ya está todo en marcha y, ahora mismo, es una cuestión de tempos. Todo está encarrilado». «En un punto hubo algún documento que faltaba, pero la situación se ha desbloqueado», añadió.
En esta línea, el director del IISPV, Joan Vendrell, asegura que la iniciativa «sigue el procedimiento reglamentario y está en fase de aprobación por parte del Comitè d’Ètica d’Investigació amb Medicaments (CEIM) de la entidad».
«En un punto hubo algún documento que faltaba, pero la situación se ha desbloqueado», Pau Rodríguez, jefe de servicio de Cirugia Toràcica del Joan XXIII
En principio, y después de que en los últimos tiempo se hayan realizado diversos requerimientos, tanto todas las partes técnicas como la dirección del centro habrían mostrado la voluntad de participar en el proyecto.
Cosas así, manifiesta Vendrell, «pasan mucho»: «Hay estudios que necesitan de varios servicios y se demora el informe final hasta que no se articulan todos los mecanismos para poder llevarlos a cabo, y eso es probablemente lo que ha sucedido en este caso».
El propio Trujillo admite también que, durante los últimos días, a la coordinación del proyecto se le ha manifestado «que la implementación está avanzando».
«Yo ya sabía que el Hospital Joan XXIII estaba de acuerdo en desarrollar el proyecto, pero desde el Institut de Diagnòstic per la Imatge nos habían dicho que, de momento, no. En cualquier caso, mostramos nuestra máxima predisposición a colaborar y a que el proyecto se materialice en Tarragona», añade.
«Yo ya sabía que el Hospital Joan XXIII estaba de acuerdo en desarrollar el proyecto», Juan Carlos Trujillo, coordinador de Cassandra
La investigación
Cassandra es un paso previo al cribado poblacional total. Es decir, pese a que no se trata de un programa que incluya a la totalidad de la población, este proyecto de investigación quiere «demostrar la viabilidad del cribado en España, proporcionando la evidencia científica que reclama la estrategia nacional de cáncer para plantear la implementación a escala nacional de un programa de cribado».
Las personas objetivo de estos cribados son aquellas de entre 50 y 75 años que fumen o hayan dejado de fumar en los últimos quince años. Para entrar a formar parte de Cassandra, el propio paciente debería dirigirse a un especialista –normalmente un neumólogo– o a un médico de cabecera para solicitar su inclusión.
Una vez efectuadas las pruebas, si existe algún dato patológico, el paciente saldría del programa de cribado y pasaría a la fase diagnóstica. Si no se encontrase ninguna anomalía, se le realizaría un seguimiento mediante un TAC anual.