Esta semana, la Policía Nacional informaba de la última detención efectuada en la provincia de Tarragona. Se trataba de un italiano que se había escondido en Salou tras apuñalar a un policía de su país. Lo había casi matado y necesitaba esconderse ante el riesgo de ser descubierto y arrestado. Su huida empezó en diciembre de 2022 y terminó hace pocas semanas, cuando un falso ciudadano rumano terminaba esposado en la capital de la Costa Daurada. La Interpol y la Policía Nacional dieron con su paradero y buscaron el momento más adecuado para sorprenderle y arrestarlo.
El italiano detenido en Salou acusado de homicidio se ha conocido pocos días después de otro delincuente internacional. En este caso es un ciudadano marroquí que se escondió en el barrio de Sant Salvador de Tarragona, donde habita una gran comunidad de vecinos venidos del norte de África y podía pasar mejor desapercibido.
Costó tiempo dar con su paradero, tras fugarse de su país. Estaba acusado de tráfico de personas, de drogas y de armas. La necesidad de dinero le obligó a salir de su escondite y en una venta de coche de segunda mano fue acorralado y arrestado.
En las últimas semanas se han localizado y arrestado dos delincuentes, uno buscado en Marruecos y el otro en Italia
Y en la misma ciudad, en la zona de la Part alta, era un ciudadano colombiano el que terminaba en las fauces de la Policía Nacional. Le constaba una orden internacional de arresto interpuesta por las autoridades del país sudamericano por varios delitos, entre ellos, tráfico de estupefacientes y lavado de dinero.
En Cambrils, hace poco más de un mes, era otro fugitivo alemán el que terminaba detenido por agentes de la Policía Nacional. Se dedicaba a la importación, exportación y distribución de grandes cantidades de cocaína y marihuana entre España y su país natal.
Sol y playa para esconderse. Y disimulo entre paisanos. La Costa Daurada y, por extensión, la provincia de Tarragona se consolidan como lugares apetecibles para las actividades del crimen organizado.
Estafadores, mafiosos y grandes narcotraficantes se refugian en entornos con buen clima para, desde ahí, tejer sus ‘negocios’. «Los fugados suelen elegir la capital y provincias de la costa mediterránea porque en ellas residen grandes colonias de ciudadanos extranjeros, lo que les facilita pasar inadvertidos», sugieren desde la Guardia Civil y la Policía Nacional. Aunque muchas de las actuaciones también cuentan con la participación de Mossos d’Esquadra.
Y no solo hay que tener en cuenta estas detenciones indivuduales acometidas en las comarcas tarraconenses, hay preocupación por la migración de mafias que buscan aquí una nueva base de operaciones. Sin ir más lejos, Italia señaló a Tarragona como nueva base de la Camorra.
Los tiroteos entre franceses en Salou
Además de ser un escondite de fugitivos, Tarragona también se ha convertido por los cultivos de marihuana (y el tráfico de drogas) en una provincia clave. De ahí la preocupación expresada en varias ocasiones por los Mossos d’Esquadra en el intento de erradicar plantaciones en cualquier punto de la demarcación.
Pero la lucha para decomisar plantas y su infraestructura también tiene una parte más violenta con los tiroteos que acontecieron en Salou recientemente. En ambos hay víctimas mortales y en el último la investigación sigue su curso para localizar a los dos autores del crimen perpetrado en la capital de la Costa Daurada.
