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La mitad de abusos sexuales a menores en Tarragona los cometen miembros de su familia

Cada semana llegan cinco casos al proyecto Barnahus, una iniciativa en la que la ciudad fue pionera y que ha ido extendiéndose hasta llegar a doce municipios más de toda Catalunya

05 febrero 2025 19:23 | Actualizado a 06 febrero 2025 07:00
Se lee en 4 minutos
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Un padre que compra un helado a su hija. La lleva al cine, a patinar, a mil planes más... Pero, llega la noche y se transforma: empieza a efectuar tocamientos en zonas íntimas y genera una situación que la deja en estado de shock. Situación que, en función de la edad y del nivel de conciencia de la víctima, puede aflorar inmediatamente o después de muchos años de silencio.

Y es que más del 40% de los abusos sexuales a menores en Tarragona provienen de su misma familia. Así lo constatan los datos del proyecto Barnahus (que significa ‘casa de los niños y las niñas’ en islandés), una unidad de atención a niños y niñas víctimas de violencia sexual. Es una iniciativa pionera en la ciudad –donde se estrenó en 2020– y que se ha extendido a doce municipios catalanes.

Número de casos entrados al Barnahus de Tarragona

Fuente: Departament de Drets Socials i Inclusió

En 2024, entraron un total de 268 casos, por los 236 de 2023, los 264 de 2022, los 197 de 2021 y los 106 de 2020, cuando el proyecto echó a andar. Son más de cinco violencias sexuales a menores cada semana en la demarcación, lo que según la psicóloga y técnica del proyecto Mònica Blasco, «no significa que haya más casos, sino que afloran más».

$!Las casas Barnahus se distribuyen de esta manera. Foto: Save the Children

La iniciativa tiene por objetivo la valoración, la atención, el tratamiento y el seguimiento de cualquier niño, niña o adolescente que haya sufrido abusos sexuales, aunque los profesionales del centro también colaboran en la prevención y detección. Se trata de un modelo donde todos los departamentos que intervienen en un caso se coordinan y trabajan bajo un mismo techo, en un centro que tiene el aspecto de un hogar.

El 76% de las víctimas son niñas y la mayoría están entre los 12 y los 15 años

Mònica Blasco, psicóloga, y Rosa Maria Pla, abogada, son dos técnicas de la Estratègia Barnahus per l’abordatge integral dels abusos contra la Infància i l’Adolescència. Ambas forman parte del Servei Territorial d’Atenció a la Infància i l’Adolescència de Tarragona, y remarcan la dificultad de tratar los casos que se dan dentro de una familia: «Es el tipo de violencia más lamentable porque viene de la persona que debía protegerte».

En cuanto al modo de llegada de los incidentes, «es mucho más fácil que la víctima lo revele cuando se ha dado fuera de la familia y no tienen que volver a su casa y ver al agresor», indica Blasco.

«La violencia sexual da vergüenza explicarla, genera autoculpabilidad...»

Tanto ella como Pla cuentan también que «se dan muchos casos en los que la persona agresora es la pareja de la madre o de la abuela, y muchos niños ven cómo, si lo cuentan, la familia se rompe, la mitad te cree y la otra no y se genera un sentimiento de culpabilidad». «Hay niñas y niños que dicen ‘prefiero ser abusada o abusado y tener lo que tenía antes que lo que viene ahora’», añaden.

Explican también que «en los episodios en escuelas, la mayoría son entre iguales, no suelen ser de profesores a alumnos, y eso hace que aumenten mucho los datos de abusos fuera de la familia». Sin embargo, los episodios intrafamiliares son tan o más habituales y más difíciles de gestionar.

En los sucesos en escuelas, la mayoría son entre iguales, no suelen ser de profesores a alumnos, y eso hace que aumenten los datos de abusos fuera de la familia

«Hasta cierta edad, un niño piensa que lo que pasa en su casa sucede en todas las casas del mundo», advierte Pla, lo que crea un ecosistema en el que es posible que el abuso no salga a la luz o que lo haga muchos años después.

Un servicio interdepartamental

Ambas destacan que «la característica fundamental de este servicio es que no está formado solo por un departamento». Liderado por Drets Socials i Inclusió, también forman parte Justícia, Educació, Igualtat i Feminisme, Interior y Salut, además de que colaboran la Fiscalía y la Judicatura. Tanto Blasco como Pla deciden, después de un estudio exhaustivo, si un caso entra a formar parte de la Barnahus.

«Es el tipo de abusos más lamentable porque vienen de la persona que debía protegerte»

Eso sí, siempre habiéndose reunido con todos los departamentos: «Puede ser que Salut nos diga ‘pues esta persona acaba de hacer un ingreso en urgencias por tal motivo’, o que Justícia comente ‘pues sus padres están en proceso de divorciarse’, y eso nos permite tener una visión completa».

Pero, ¿cómo llegan los casos? La principal vía de entrada son los cuerpos de seguridad, aunque las técnicas destacan el teléfono 116 111 de Infància Respon, un servicio público de atención telefónica, gratuito y permanente todos los días, con el objetivo de prevenir y detectar los malos tratos a niños y niñas. También existe el servicio Tot OK?, que añade un sistema de chat en línea.

La principal vía de entrada de los casos son los cuerpos de seguridad, aunque las técnicas destacan el teléfono 116 111

«La violencia sexual queda muy en segundo plano, da vergüenza explicarla, genera autoculpabilidad... Y es muy difícil que aflore», mantiene Pla. Por eso, desde Barnahus se trabaja con dos tipos de casos: aquellos en los que hay una revelación explícita de la agresión y otros en los que existe una sospecha. Una vez que el caso llega, se valora qué tipo de camino hay que seguir.

Un espacio seguro

Con los que acaban de ocurrir, la pauta a seguir es acudir al hospital para hacer pruebas junto al forense y a los Mossos: «Así, la víctima no deberá explicar tantas veces lo que le ha pasado», comentan las técnicas. Ese primer informe es una base jurídica aunque, posteriormente, el o la menor sí que debe declarar ante el juez –ahora, puede hacerse antes del juicio–.

«La Barnahus es un espacio que, con una forma de casa hace de todas las funciones que las víctimas necesitan»

El objetivo es tratar de que la víctima deba explicar los hechos el mínimo de veces. En esta línea, el espacio de la Barnahus dispone de una sala habilitada para declarar por videoconferencia y que la víctima no se desplace al juzgado. En esa sala hay un equipo que recibe las preguntas y las modula para transmitírselas al menor de una forma más entendedora.

La filosofía de la Barnahus se traduce en lo que explica Pla: «Hace de comisaría para coger una denuncia, de juzgado cuando la víctima declara, de hospital para efectuar pruebas, de espacio con terapia psicológica... Es un lugar que, con un formato de casa [aunque las víctimas no se quedan a dormir], hace de todas las funciones que las víctimas necesitan».

Uno de los principales objetivos es tratar de que la víctima deba explicar los hechos el mínimo de veces

En el balance anual, que se llevó a cabo este miércoles, la consellera de Drets Socials i Inclusió, Mònica Martínez Bravo; la secretaria de Infància, Adolescència i Joventut, Teresa Llorens, y la directora general de Atenció a la Infància i l’Adolescència, Isabel Carrasco, valoraron positivamente el funcionamiento de los centros y aseguraron que el hecho de que todos los servicios se coordinen en un único punto facilita la atención a las víctimas y contribuirá a aumentar la detección de casos.

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