Y del centro, al puerto. La 25ª edición del festival Tarraco Viva superó ayer su ecuador ubicando su centro neurálgico en el Port de Tarragona, con un tiempo que quiso dar una amable tregua y un sol intenso de mayo que atrajo centenares de visitantes ante el mar. O el ‘portus’, tal y como lo conocían los romanos.
«La grandeza de una ciudad no se mide con el tamaño de sus barcos, sino como trata a sus visitantes», afirmaban los presentadores en el primer espectáculo mañanero en el Port. La recreación ‘Un dia al portus’, a cargo de Genovesa, captó al mediodía la atención de los más pequeños gracias a la charla didáctica y gráfica sobre los oficios del puerto. Una charla basada en los estudios de la historiadora Patricia Terrado y que demostraba, para quién no estuviera convencido, que no somos tan diferentes de los romanos.
Un sol de justicia no fue suficiente para ahuyentar a los centenares de asistentes que bajaron al Port a ver los actos de Tarraco Viva. Un Port que se estrena este año como un nuevo escenario del festival, con actos especialmente interesantes este pasado fin de semana, con una programación muy adecuada tanto por el espacio como por el buen tiempo y el público.
Eso sí, el espectáculo ‘Gladiadors’ se llevó la palma atrayendo más de cuatrocientas personas. La Associació Cultural Gesta Gladiatora captó la atención de grandes y pequeños con una gran y emocionante demostración de como debían ser las luchas romanas, rompiendo mitos cinematográficos como el del pulgar abajo.
Un público entregado gritaba y animaba a sus gladiadores preferidos que luchaban (casi) a muerte. «Esto es lo mejor del festival, poder ver la vida de las personas de la época romana, más allá de las piedras y las runas; este contraste entre la vida muerta y la vida viva de la historia es muy interesante», opinaban Pilar Marín y Joan Roselló, que visitaban Tarragona y Tarraco Viva. Al final, yendo en contra de la voluntad popular que pedía «vida», el vencedor optó por la ‘iugula’.
Todo por el espectáculo.
A lo largo de la mañana la asociación Si vis pacem para ludum, ya habitual en el festival, atrajo decenas de amantes de los juegos de estrategia y simulación de la antigüedad y llenó todas las mesas que tenían. «Acercamos contenido, hacemos pensar y presentamos retos, pero sobretodo socializamos», explicaba Jan Gonzalo, miembro de la asociación. Una segunda oportunidad de jugar con ellos será el próximo fin de semana en los jardins del Camp de Mart.
La gente de fuera viene y se queda, y la de dentro se interesa y aplaude. Primer fin de semana del festival Tarraco Viva superado con éxito, a pesar de la lluvia que ha jugado a anular algunos de los pases pero que no ha impedido asistencia plena en casi todos los actos. Y el Port se erige como un nuevo y gran espacio descubierto de Tarraco Viva, con público afín al festival pero también de muchos paseantes despistados. Sería de suponer que ha llegado para quedarse.
