Llega la segunda Setmana Santa más atípica de la historia. La pandemia ya nos dejó sin la festividad el año pasado. Ahora, las entidades que conforman la Setmana Santa de Tarragona han elaborado un programa de actos adaptado a la Covid-19. Iniciativas y propuestas que llegan para quedarse. Así nos lo cuenta hoy Francesc Seritjol, presidente de la Agrupació d’Associacions de Setmana Santa de Tarragona.
¿Cómo está viviendo el colectivo estos días?
En noviembre ya fuimos conscientes de que tendríamos que adaptar la Setmana Santa. Lo vimos como una oportunidad para acercar la festividad a la ciudad. Y así lo hemos hecho. Nuestros padres recuperaron la Setmana Santa tal como la conocemos ahora en los años 70 y 80. Ahora, somos nosotros quienes debemos actualizarla. Gracias a los actos organizados por la entidades, lo estamos viviendo de manera intensa.
Segundo año consecutivo sin procesiones.
Será una Setmana Santa diferente. Es cierto que no se podrán celebrar los actos más vistosos y multitudinarios en la calle, pero estamos haciendo mesas redondas, videoconferencias y presentaciones en formato reducido. Estamos contentos. Pensar que hay audiovisuales que han llegado a más de 300 personas. Quizás la gente se siente más cercana que nunca a la Setmana Santa.
¿Estaremos años sin poder vivir la Setmana Santa en todo su esplendor?
Espero que no, pero nadie lo sabe. Creo que seremos de las últimas actividades en volver, como los castells, por ejemplo. Pensar que en el interior de un paso, hay muchos portants haciendo un esfuerzo físico a escasos centímetros de distancia. Sea como sea, lo que está claro es que esta dualidad vivencial y de presencia en redes sociales ha llegado para quedarse.
¿Este parón podría implicar una pérdida importante de cofrades en las hermandades?
No lo sé. Quizás hay gente que descubrirá lo qué es ir a pasear los sábados por la mañana en lugar de ir a ensayar con el paso. Pero también creo que hay una necesidad vital y bastante generalizada de volver a vernos y estar juntos. Y esto, la Setmana Santa, nos lo da.
¿El relevo generacional, tan necesario en las congregaciones, corre peligro por la pandemia?
O quizás actuará como catalizador. La gente joven es la primera que quiere volver a vivir una Setmana Santa normal. Que no quepa duda que el primer año será complejo. Habrá que trabajar duro para crear cantera.
¿Les preocupa este tema a las congregaciones?
Por supuesto. Así lo he detectado en algunas mesas redondas.
¿Cómo lo hacen las entidades para mantener encendida la llama?
Todo lo que se está haciendo este año, desde vídeos a las banderas en los balcones, es para que no se rompa el vínculo entre congregaciones y cofrades. Que la gente se sienta identificada con su colectivo hace crecer el sentimiento de pertenencia.
Usted siempre ha defendido una idea más actual y renovada de la Setmana Santa. Parece que se ha conseguido con la pandemia.
Soy de los que pienso que es muy importante no perder la esencia ni el espíritu de esta celebración religiosa. Pero opino que las tradiciones que no evolucionan al mismo tiempo que la sociedad, acaban enterrándose ellas mismas. Si la sociedad pide actos más cortos y dinámicos, tenemos que adaptarnos.
Este era un año importante. Los Gremis de Marejants y de Pagesos celebraban 700 años de historia.
Así es. También del Seguici Popular. Históricamente, en la Edad Media, los gremios eran los encargados de realizar los balls populares y de llevar los estandartes para recibir las autoridades en cualquier celebración. Este año podremos hacer poca cosa y nos centraremos en actos más divulgativos. La conmemoración se alargará al año que viene y al siguiente.
¿Cuál ha sido la aportación económica por parte del Ayuntamiento?
No lo sabemos, estamos pendiente del remanente.
¿Se sienten apoyados por las administraciones
A nivel municipal, por supuesto. Este año, por ejemplo, el Ayuntamiento nos ha cedido espacios de manera gratuita. Igual que el Arzobispado, siempre a disposición nuestra.
¿El museo de la Setmana Santa tendría ahora más sentido que nunca, no?
Sí, por eso estamos trabajando duro en ello. La intención es presentarlo en Corpus de este año. No podemos avanzar mucha cosa, pero puedo decir que el museo se centrará en un espacio del Museu Bíblic, además de la iglesia de Sant Agustí y de los cinco espacios religiosos donde se encuentran los misterios. Por fin, después de tanto tiempo, vemos la luz al final del túnel.