Los nuevos vestidos del Ball de Diables de Tarragona ya son una realidad.
Hace más de un año que la entidad le propuso al ilustrador tarraconense Edu Polo diseñar los nuevos vestidos con motivo de su cuarenta aniversario. Ahora, después de muchos meses de trabajo, estos ya estan listos para que los integrantes del baile los luzcan por las calles de la ciudad.
«Desde el primer momento tuvimos claro que tenia que ser Polo. Nos gustaba mucho lo que hacía, así que nos pusimos en contacto con él. Rápidamente se mostró proactivo. Nos envió una propuesta que nos encantó a todos los integrantes de la entidad», asegura el presidente del Ball de Diables de Tarragona, Dani Montero.
Una vez fue aprovado el diseño, la responsable de confeccionarlos fue Olívia Cros, una modista especializada en trabajar telas para grupos de fuego.
Cuando los vestidos estuvieron cosidos, estos fueron entregados a Polo, quien los pintó a mano.
Los nuevos vestidos han sido pintados a mano uno a uno. Por eso son diferentes entre sí
Una de las principales características de la nueva vestimenta es que las ilustraciones que encontramos en cada una de ellas son diferentes entre sí. «Los nuevos vestidos del Ball de Diables de Tarragona buscan crear una propuesta fresca e inovadora utilizando como materia primera el legado de los Balls de Diables tradicionales del Camp de Tarragona y el Penedès», explica Edu Polo. Y es que la nueva indumentaria sorprende.
El nuevo vestido adopta una casaca corta inspirada en algunas de las casacas más antiguas conservadas de origen reusenco.
Por otro lado, los pantalones son anchos y acampanados para aportar el dinamismo característico del Ball de Diables de Tarragona.
«El principal objetivo ha sido romper con la imagen del Ball de Diables como un elmento estereotipado y oscuro. A través de colores vivos, se busca que la ciudadania los relacione con la explosión de vida desenfrenada que representa la figura del diable tradicional», comenta Polo. A partir de ahora, los tarraconenses podrán disfrutar de los nuevos vestidos del Ball de Diables.
«Se trata de un cambio radical sin perder de vista el toque tradicional», reconoce Montero.
Esto no hubiera sido posible sin el patrocinio de Repsol, la campaña de subscripción popular que se llevó a cabo ni la paciencia y arte de Polo y Cros.