Después de más de tres años sin ninguna acción directa, la Plataforma Salvem la Platja Llarga realizó ayer una cadena humana a pie de arena para la protección de dicho espacio, en contra de convertir la Ciutat Residencial en un resort hotelero para pedir que los aparcamientos de dicho recinto sean de uso público así como también un transporte público más económico. Mientras, la entidad quiere convertirse en una asociación, con sus correspondientes estatutos, «para tener más fuerza ante los organismos», apuntaba ayer al Diari Bruno, uno de sus portavoces.
Antes de llegar a la Platja Llarga, se hizo una caminata solidaria con salida desde el Amfiteatre Romà, para después leerse el manifiesto y finalmente la cadena humana y la recogida de firmas en apoyo a las reivindicaciones. Entre ellas está que la Generalitat no adjudique a una empresa privada la gestión de la Ciutat Residencial.
De este complejo de titularidad pública, la plataforma pide que se puedan utilizar los aparcamientos situados en la zona norte, que están en buen estado, para acceder así a la playa «sin sacrificar la naturaleza». Ello permitiría descongestionar la zona de aparcamientos de la playa. Sobre la protección realizada en la zona de dunas, Bruno lo ve positivo, «nosotros participamos en su elaboración», pero añade que dicho espacio se tiene que cuidar más porque la gente no lo respeta.
Otro de los puntos del manifiesto es una abaratamiento del transporte público para que sea un incentivo, así como más facilidades para acceder en bicicleta y a pie a la Platja Llarga.
Finalmente solicita la modificación de la Ley de Costas «ya que permite la especulación continuada del territorio» e incumple el compromiso previo del ministerio con las organizaciones ambientales ya que el sistema jurídico de protección ambiental ha degrado el grado de protección del litoral.
La cadena humana de ayer al mediodía pretendía unir toda la playa pero finalmente se hicieron tres –en los dos extremos y en el centro–.