Ramon Franquès tiene un amplio bagaje policial. De inspector, fue el subjefe de la comisaría de Tarragona, hasta que en septiembre de 2016 fue trasladado a Reus para dirigir las dependencias policiales. Tras el trabajo realizado en el Baix Camp, el pasado mes de enero volvía a la comisaría de Campclar para hacerse cargo del Àrea Bàsica Policial (ABP) del Tarragonès.
¿Cuáles van a ser sus principales objetivos al frente de la comisaría?
El principal es siempre intentar reducir la percepción de inseguridad. Y esto comporta una visión muy amplia de la seguridad. A veces, en un camino hay un perro peligroso que evita que pasen 300 personas por el lugar. Y esto a veces crea más inseguridad que el que nos roben en el interior de 200 vehículos. Y esto no sale reflejado en ninguna tasa delincuencial. El ciudadano lo que quiere es ir tranquilo por la calle. Y nosotros darle tranquilidad desde las instituciones, desde todas. El 90% de los ciudadanos se siente seguro en su localidad.
¿Qué es lo que más piden las asociaciones de vecinos a los Mossos?
Suelen comenzar los primeros cinco minutos hablando de algún tema delincuencial y después ya se habla de incivismo, que crea una percepción de inseguridad. Se tiene que hacer frente de una forma contundente. No podemos ir con el lirio en la mano. Si una persona tiene un comportamiento inadecuado, tristemente tenemos que ir hacia la sanción, quizás con advertencias previas. A veces hay cosas que no se pueden sancionar, como 20 jóvenes sentados en una plaza.
En el Maresme, y avalado por el conseller de Interior, ante la falta de efectivos de los Mossos, se apuesta por la contratación de seguridad privada en determinados municipios. ¿Podría pasar también aquí en el Tarragonès?
Creo que en la vida pública tienen que haber los servidores públicos. Y la vigilancia privada es para los lugares privados. Y no creo que los vigilantes tengan que vigilar la calle. Los ciudadanos esperan ver a una persona objetiva.
¿Hay algún otro delito que le preocupe actualmente por su repunte?
Todo aquello que hace referencia a delitos perceptualmente pequeños, como las agresiones sexuales y las problemáticas que puedan tener las mujeres. Cualquier persona tiene derecho a ir por la calle, tranquilamente, en el estado que quiera y a la hora que quiera. Es inconcebible que una persona no pueda salir de un pub con tres copas sin que la molesten. Es hacia donde tiene que ir una sociedad moderna.