La literatura pulp no solo nos traslada a escenarios fuera de común. Releer sus clásicos o incluso algunos de sus contemporáneos es un viaje en el tiempo. Nos lleva a los setenta y ochenta, mejores años de este tipo de literatura popular, con obras cortas de menos de 100 páginas que imprimían novedades cada semana. Historias del oeste como Cinco fosas esperan, la primera publicada a mediados de los sesenta por Ralph Barby.
Quien se encuentra detrás de este sobrenombre son Rafael Barberán y Àngels Gimeno, vecinos de Altafulla. Allí tienen su casa y centro de producción literaria. Pareja profesional y de vida. Mientras que él escribía a máquina, ella lo pasaba a limpio y corregía. De esa unión no solamente surgieron cientos de libros, relatos y aventuras, también una familia, pero vayamos al principio.
Rafael era diplomado en Química y trabajaba en empresas del sector hasta que le reclamó el servicio militar. Al finalizar, volvió a Barcelona y se encontraron con Àngels en un club de ajedrez. Ambos eran del mismo barrio de l’Eixample de toda la vida pero por caprichos del destino aún no se conocían. «Tú te enrollas como una persiana, deberías escribir», le decía Àngels. Hasta ese momento dedicarse a la escritura no pasaba por sus planes.
Rafael no sabía escribir a máquina, pues en los laboratorios para hacer análisis químicos tampoco era necesario. Àngels le enseñó y empezaron a escribir juntos. Él escribía historias y ella las corregía. «Escribiendo libros grandes no te ganabas la vida, en cambio con la novela popular, si te entregabas, sí que podías vivir de ello», cuenta Rafael.
Así nacieron las novelas populares firmadas por Ralph Barby. Empezaron con Bruguera, después en una época más difícil con una editorial propia, Ediciones Olímpic, que editó cerca de un millón de ejemplares y con el tiempo volvieron a trabajar para otras editoriales. «Siempre hemos trabajado juntos y hemos vivido de escribir», sentencian.
Calculan que durante estos ya más de cincuenta años han escrito cerca de mil novelas populares con unos 15 millones de ejemplares y 45 millones de lectores, al margen de artículos, relatos y otros libros. Sus publicaciones cortas han dado la vuelta al mundo, también con editoriales de Estados Unidos y Brasil.
La temática de los libros variaba en función de las peticiones de la editorial. Policíaco, novela negra, novela del oeste, terror, ciencia ficción, etc. En sus años más prolíficos, hasta 1986, publicaban un libro semanal con Bruguera, que imprimía 15.000 ejemplares de cada novela. Además, no solo eran novedades, también se hacían reediciones de los libros que tenían más éxito. «En Bruguera éramos más de un centenar de escritores, pero los que destacábamos éramos cinco o seis», apunta Rafael.
Un hogar, centro de trabajo
«Hemos vivido un poco aislados, escribiendo dentro de nuestro hogar. A mucha gente le parecía raro, pero es lo que nos gusta todavía hoy en día», explica Àngels. Su casa ha sido su centro de trabajo, ya fuera en Torelló, en un piso de Horta en Barcelona o en Altafulla, donde tienen su residencia habitual desde hace veinte años.
Cada uno tiene su despacho y, aunque Rafael reconoce, entre risas, que es «un poco más vago», ambos aman su profesión. Como homenaje a Ralph Barby, en los cimientos de la casa, hay tres novelas editadas en un pote de cristal: «Hemos construido nuestro hogar gracias al dinero que hemos ganado escribiendo estas novelas».
El trabajo de escritor está ligado a una cierta privacidad, ya sea de espacio, física, como mental. En este sentido, su hogar ha sido un búnker para la escritura. «A veces a los vecinos les ha costado entender qué hacíamos todo el día encerrados en casa. Pero simplemente trabajábamos y esto ha costado de aceptar».
El paso del tiempo no ha menguado sus ansias de escribir. Todo lo contrario. «Ahora tenemos más ganas porque el tiempo te aporta más conocimiento para seguir escribiendo con total libertad», confiesa Àngels.
Manteniendo su espíritu novelesco, recientemente Ralph Barby ha publicado Sala de disección. Se trata de una recopilación de 24 relatos fantásticos que Rafael Barberán ha escrito a lo largo de este medio siglo de producción literaria que ahora salen a la luz.
«Las historias sobre el vampirismo se originan en la eclosión del miedo». En esa línea la saga de La baronesa cuenta en los últimos años con un segundo libro El trono para una monja. «He publicado más de un centenar de libros góticos -añade Rafael-. A la gente le gusta y como somos muy rápidos y nos divertimos escribiendo no nos cuesta nada».
Una moda que vuelveY es que Rafael admite que es capaz de crear una historia en muy poco tiempo. «Me siento delante del ordenador y escribo un pequeño relato en Facebook en un momento porque me divierto con ello y cualquier cosas que esté relacionada con escribir».Conocidos también como bolsilibros, las publicaciones de literatura popular son piezas de coleccionista que están de moda hoy en día para un determinado sector que se define como freak de la literatura pulp. Esos libros cortos y baratos, con portadas llamativas, se pueden encontrar en Amazon y otras plataformas.
Àngels también tiene sus propios libros publicados, hasta siete, y dos novedades que se darán a conocer próximamente. En 2013 publicó Creativos de la Vieja Europa, breves reseñas biográficas y de innovadores creativos europeos con una pasión en común por su trabajo y la capacidad de materializar sus ideas en arte.
Ralph Barby es una referencia en la literatura gótica y de terror. Incluso ha participado en el prestigioso festival BCNegra, al que acuden escritores punteros del género a nivel nacional y también internacional.
Audiolibros
En los últimos tiempos las novelas populares de Ralph Barby se han recuperado en un nuevo formato. Con la irrupción de los audiolibros, estas novelas cortas han encontrado un espacio importante. De la mano de Sonolibros se pueden escuchar en la plataforma Storytel. «De momento ya llevamos una veintena de audiolibros y en breves entraremos en el mundo de los multimedia escandinavos que se encargarán de distribuirlos por todo el mundo».
Ya sea a través de la literatura pulp, las novelas góticas o los audiolibros, este amplio legado tiene recorrido por delante. Quizá por ello Rafael admite que «cuando yo desaparezca esto continuará adelante. La gracia es que la gente seguirá queriendo leer o escuchar nuestras historias».