Pasión es lo que desprende al hablar de les fiestas mayores de su ciudad. Tarraconense, periodista y fotógrafa, Laia Díaz ahora se atreve con un libro: Tots som la Tecla. Un recopilatorio de 60 historias de protagonistas de las fiestas. Díaz se encarga, desde hace cuatro años, de dar apoyo a las redes sociales del Ayuntamiento durante los once días que dura la Tecla. Y este es el punto de partida. El Diari habla con ella.
¿Quién hay detrás de las Festes de Santa Tecla?
Personas que invierten todo su tiempo, de manera totalmente altruista, a las fiestas. Sacrifican comidas familiares, vacaciones y tiempo libre.
¿Las tiene cuantificadas?
Cuando surgió la idea de hacer un libro, la editorial me pidió una sinopsis. El Ayuntamiento me dijo que había unas 700 personas vinculadas con el Seguici Popular de la ciudad. De todas ellas, en el libro cuento la historia de 60 protagonistas.
¿Y cómo son estas personas?
Hay de todo. Pero el denominador común es que se quieren por encima de todo la fiesta mayor. Y este era mi objetivo: explicar historias de amor hacia Santa Tecla. Una de las preguntas clave era saber porqué lo daban todo durante estos días.
¿Y qué respuestas se encontró?
Algunos no sabían ni cómo expresarlo. No tenían palabras. Hay quienes me decían que habían nacido dentro de la fiesta mayor, que lo viven desde que estaban en el vientre de su madre. Otros que fue una casualidad. Se enamoraron de alguien que amaba la Tecla. Casi todos tienen una historia bonita detrás.
¿Cómo surge la idea del libro ‘Tots som la Tecla’?
El Ayuntamiento me contrató hace unos años para dar apoyo a las redes sociales durante las fiestas y para dar mayor calidad a las fotos. Para mi fue la oportunidad de poder entrar de pleno en rincones privilegiados del Seguici Popular.El año pasado me di cuenta de que tenía mucho material fotográfico y que le faltaba recorrido. Empecé a darle vueltas al asunto. Durante Santa Tecla, me encontraba personas que me explicaban cosas, como por ejemplo, los años que cumplían viviendo las fiestas o algunos rituales curiosos. Pensé que estaría bien plasmar estas historias y acompañarlas de mis fotografías.
Ha entrevistado a 60 personas. ¿Cómo las ha escogido?
Algunas las he elegido yo misma, porque pienso que la ciudad debe conocer sus historias. Otros de los contactos me los han proporcionado desde el Ayuntamiento o desde la entidad. Seguro que hay gente que se enfada por no haber salido... Soy consciente de que todos tenemos nuestra historia.
¿De cuándo son las fotografías del libro?
Hay una del 2013 pero la mayoría son a partir del 2014, cuando empecé a trabajar para el Ayuntamiento. Algunas son más de retrato y otras de grupo.
¿Alguna historia que le cautivara?
Me reí mucho con Alfredo González, que me explicaba que a la Geganta se le rompió un dedo durante la Baixada de l’Àliga.
¿Y algún personaje que le dejara sin palabras?
Muchos, pero me gustó mucho cómo Òscar Miguel, director de la Banda Unió Musical de Tarragona, me explicaba cómo veía las Festes de Santa Tecla. Las definió como unas fiestas de pueblo. Me di cuenta de que tenía razón porque me hizo una comparativa entre Tarragona y su pueblo, La Sénia. Cuando Miguel llegó a la ciudad, se esperaba unas fiestas más frías, más impersonales, como por ejemplo, las de La Mercè, de Barcelona. Pero se encontró con que la gente lo hacía todo para contentar a su gente. Dice que, durante once días, tiene la sensación de vivir en un pueblo. Me sorprendió su manera plantearlo.
¿Cuál es el protagonista más joven y el más mayor de su libro?
Jan Ribera es el más pequeño, nació en 2013. Y Pedro Algar, portant de los Gegants Negritos, el más mayor, del año 1945.
¿Y usted, cómo vive las fiestas?
No me pierdo ningún acto. Tengo una hija pequeña y, como mi marido también trabaja durante las fiestas, los abuelos se encargan de traerla a los sitios donde voy yo. Ella también es una hooligan de Santa Tecla. Lo que siempre me acompaña es el móvil, la cámara de fotos y las tarjetas de memoria.
¿Alguna cosa que no sabía y que, después de hacer el libro, ha descubierto?
Me he dado cuenta de todo el tiempo que invierten las personas para hacer posible estas fiestas. Lo hacen por amor a la Tecla y a su entidad. Y esto era necesario que los tarraconenses lo supieran.