Caminar mirando el móvil implica un evidente riesgo, más aún cuando toca cruzar una calle. Al respecto, muchas ciudades europeas han empezado a instalar semáforos en el suelo, una tecnología que desde hace unos días también ha llegado a Tarragona.
«De momento es una prueba piloto y si más adelante vemos que va bien valoraremos si pueden extenderse a otros puntos de la ciudad», explica la concejal de Mobilitat, Sonia Orts.
Consisten en una línea de un metro de longitud que cambia de color de acuerdo con la señal vertical. De momento, se han instalado en dos puntos de la Via Augusta como son los cruces con las calles Mestre Benaiges y Baixada del Miracle. En este caso, se ha priorizado que son esquinas con una «visibilidad dificultosa» para los viandantes, de forma que se prevé que estos ganen seguridad.
En paralelo, la semana que viene se instalará un tercero en la Rambla Nova, a la altura de la oficina de la Omac. En este caso será una franja de dos metros de longitud que se situará delante del estand de turismo, una zona muy concurrida en la que confluyen los peatones de la Rambla con los que suben de la calle Unió.
Desde Alemania
Esta tecnología hace algún tiempo que ha empezado a utilizarse en ciudades europeas, siendo los alemanes los «pioneros». De hecho, incluso han acuñado el término smombie –que resulta de la suma de palabras smartphone y zombie–, para referirse a los peatones que caminan despacio y sin prestar atención a su entorno, porque están enfocados en su teléfono.
Orts: «Es una prueba piloto y si vemos que va bien valoraremos si pueden extenderse»
Andorra es otro de los referentes, mientras que en Catalunya, Badalona ha sido pionera. Incluso los instalaron durante un tiempo en el municipio de Cambrils, aunque más tarde dejaron de utilizarse.
«Cada vez somos más los que vamos por la calle mirando al suelo y uno de los elementos que nos marca el Pla de Mobilitat Urbana Sostenible (PMUS) es la necesidad de dotar la ciudad de una red de viandantes en buenas condiciones», indica la responsable de Mobilitat.
El nuevo PMUS, antes de verano
De hecho, este es un plan que ahora mismo está en fase de ‘revisión’ después que el anterior PMUS caducó hace más de cinco años. «Podemos decir que estamos a la mitad del recorrido», asegura Orts.
La diagnosis ya ha finalizado y ahora falta incorporar las propuestas de la fase de participación, por tal de poder aprobar el documento de forma definitiva. Según el calendario, la previsión es que «antes del verano» de 2024 el documento final pueda pasar por el pleno, fijando una hoja de ruta de cara a los próximos cinco años.
Este es el calendario que presentaba esta semana el Ayuntamiento, en la nueva reunión del Consell de Mobilitat, que se convocaba por primera vez desde marzo de 2021. En paralelo, antes de fin de año se convocará una reunión para abordar la implantación de la Zona de Baixes Emissions.